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DIANE, MÓNICA Y NAM. Manuel Santelices

El periodista e ilustrador que ha viajado por el mundo entrevistando a estrellas y figuras del mundo político y cultural, relata los episodios que han marcado su vida como reportero y editor de revistas couché. Así, aparecen en su memoria todas las mujeres que marcaron parte de su historia íntima y social. Desde la originalidad sin precedentes de Diane Keaton a la intuición editorial de Mónica Comandari en Chile.

Desde niño le apasionaron las revistas, porque le parecían una suerte de escape en medio de un país que transitaba entre grises y claroscuros. Un escenario de una sobriedad absoluta que casi involuntariamente lo fue sumergiendo en un mundo paralelo de imágenes y textos plasmados en papel brillante. Manuel Santelices, el periodista que ha entrevistado a figuras como Madonna, Diana Ross y Oscar de la Renta durante más de treinta años de oficio, reconoce que el magazine le ofreció fantasía y pasión. “Más adelante, por supuesto, me interesaron otros aspectos del trabajo editorial: la calidad de la escritura, el diseño, la fotografía, la pauta de temas… Las revistas, además, me abrieron la puerta a muchos otros temas que me interesaban, como la moda, el arte, el cine, el diseño y la cultura popular”, sostiene, este eterno corresponsal de alfombras rojas y cumbres presidenciales.

Editor internacional de la desaparecida revista Cosas y residente de Nueva York por casi 26 años, también suma años de buena pluma para publicaciones como Esquire, Vogue México y Latinoamérica, Elle, Grazia y Harper’s Bazaar en España, además de editor para Nueva York de Ocean Drive durante seis años. Luego de haber egresado de la escuela de periodismo de la Universidad de Chile comenzó con entrevistas políticas en 1983, un período en que compartía pautas y sala de redacción con mujeres como Raquel Correa, Malú Sierra y Elizabeth Subercaseaux, “todas periodistazas, aunque muy distintas entre ellas”, recuerda.

Diana superior a Anna

Del mundo de la moda, una mujer que le llama poderosamente la atención es, sin duda, Anna Wintour. “Algo que seguramente es muy potente para cualquiera de mi generación. Y con razón, sobre todo si vienes del mundo de las revistas. No ha habido nadie más influyente que ella en la industria en las últimas décadas, particularmente en lo que se refiere a la unión entre moda y cultura popular. Dicho eso, Diana Vreeland ha tenido un impacto mayor que la Wintour en mi modo de ver el mundo y en mis aspiraciones como periodista. El énfasis de Wintour es en los números. El de la Vreeland fue siempre en la imaginación, la belleza y lo nuevo”, descifra para ir hilvanando los nombres que han definido su imaginario, uno que también ha ido de la mano de su faceta de ilustrador, con libros publicados y colaboraciones especiales para el diseño de platos y accesorios de mesa.

“En esa línea, Elizabeth Peyton es probablemente la artista que ha tenido más influencia en mi propio trabajo como ilustrador. Pero en términos personales, la fotógrafa Rose Hartman, que se hizo famosa por sus fotos de Studio 54 en los ’70 y luego con imágenes de la vida social y cultural de Nueva York, es incomparable. Es mi amiga personal. Ella me ha enseñado mucho sobre arte, sobre la vida de los artistas y, sobre todo, acerca de Nueva York y sus personajes”.

Admiración por Lewinsky

La irrupción de la mujer en el poder también toca la fibra de Santelices. Michelle Obama podría ser una, dice. “Pero, aunque suene raro, admiro muchísimo a Monica Lewinsky. Sobrevivir la burla y el abuso de todo el mundo cuando se tienen apenas 21 años no debe ser nada fácil. Y ella no solo lo consiguió, sino que logró rearmar su vida y convertirse en alguien que entrega un mensaje de fuerza y positividad. Me impresiona su gracia y dignidad”.

Alguna vez Diana Vreeland, desde su tribuna en Vogue, dijo que en Estados Unidos no había mujeres chic, a excepción de Nan Kempner. Un dictamen muy acertado para Manuel. “Ella siempre fue mi favorita de la sociedad neoyorkina. La vi muchas veces en fiestas y eventos y la entrevisté una vez en su departamento de Park Avenue. Tenía una personalidad fuerte, un gran sentido del humor y era la mujer más chic de la ciudad”, añade sobre una de las primeras mujeres que comprometieron su vida a los actos que unían arte, moda y solidaridad, al igual que Paige Powell. “Ella fue miembro importante de la revista Interview, colaboradora y amiga muy cercana de Andy Warhol… Una mujer que me ha ensenado mucho sobre la pasión y la entrega que requiere la filantropía. Entre otras causas, apoya el rescate de animales y su labor en ese sentido es realmente incansable”.

Diane en el corazón

La vanguardia es clave en su enumeración. “Amo a Diane Keaton, no tanto por su talento como actriz, sino por la absoluta originalidad con que vive su vida. Su Pinterest e Instagram son deliciosos, llenos de imágenes que revelan su amor por el diseño, la arquitectura, el cine y la fotografía. Su sentido del humor y su franqueza también me parecen irresistibles. ¡Y su estilo! Es una mujer única”, responde con el mismo entusiasmo con el que menciona a Carolina Herrera como un nombre imprescindible de la moda. “La he entrevistado muchas veces… Y de todos los diseñadores en Nueva York, es quizás con la que he tenido una relación más cercana, aparte de María Cornejo e Isabel Toledo. Su seguridad y confianza para definir lo que es elegante, lo que es femenino, no tiene comparación. Su moda es un espejo de su propia estética y modo de vida, que son tremendamente seductores. El talento que posee para mezclar impacto y simpleza, especialmente en sus vestidos de noche, es incomparable”.

Santelices reserva el nombre de la periodista chilena Mónica Comandari para el final de su inventario femenino. “Ella ha tenido una influencia enorme en mi carrera periodística. Fue mi directora en Cosas durante tres décadas y con ella partí mi carrera. Moldeó mi modo de trabajo y el tono que han tenido mis artículos desde entonces. Mi intención de atraer al lector con frases atractivas o ingeniosas, y luego cautivarlo con una historia bien contada, se debe en gran parte a su guía”. En un terreno más humano, Mónica también es un ejemplo: “su fuerza, tenacidad y sentido del humor me inspirarán siempre”, concluye.

Por Alfredo López J.

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