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Emprendimiento femenino: Motor de movilidad social que además previene la violencia

Skala es una empresa que ofrece servicios de soporte de Recursos Humanos (RH) para tareas diarias. Está enfocada, sobre todo, a startups y pymes, que no cuentan quizá con un área de RH. Skala arrancó como idea hace unos cuatro años, y oficialmente inició operaciones el 16 de enero de este año.

Está conformada por un equipo de siete personas, y está por contratar a tres más. Actualmente tiene 30 clientes. La mayoría de ellos en Latinoamérica, y uno en África.

“Nosotros somos una compañía que creemos en transformar el talento y la cultura en esos motores clave para el crecimiento del negocio. Queremos desafiar la visión tradicional de RH con productos de innovación que sean ejecutables y de alto impacto financiero en los negocios”, dice Brenda Hernández, cofundadora de Skala, en entrevista para Woman Times.

Brenda profesionalmente se ha desarrollado, por casi 20 años, en la industria de RH. Durante los últimos cinco ha tenido un enfoque importante también hacia el emprendimiento. Para la empresa Rappi, por ejemplo, colaboró mientras esta compañía tenía un crecimiento acelerado: “Me tocó acompañar toda esta transformación de crecimiento organizacional en todos los temas de RH […] Para la compañía era muy importante permear una cultura con un mindset emprendedor. Fue una súper escuela rodearme de gente con una mentalidad de poder desaprender muchas cosas. Yo había estado en empresas muy maduras, con mucha estructura, y cuando llego a Rappi, me doy cuenta de que había que construir desde cero, y de la pasión tan grande que eso me genera”.

Esta fue una experiencia invaluable, resalta Brenda: “Llegué cuando Rappi no era enorme, pero ya tenía un nombre, y recientemente había cerrado la ronda (de inversión) que los llevó a ser unicornio”. En el año 2020, esta empresa colombiana levantó más de 300 millones de dólares (mdd), y alcanzó un valor de 3,500 mdd, de acuerdo con datos del sitio Forbes México.

La siguiente experiencia de Brenda, de origen mexicano, sería Valoreo, una empresa enfocada en adquirir y escalar marcas de ecommerce, que en 2023 fue adquirida por Razor Group: “Me llevó a vivir la experiencia de cómo hacer una compañía desde el principio, de cómo estructurarla, llevarla desde los fierros; decisiones buenas y malas, de arriesgarse en un negocio”.

Posteriormente, colaboraría con la empresa Tul, una App enfocada en la industria de la construcción. Durante el periodo en el que ella participó, esta empresa logró levantar, en una Ronda Serie B, 180 mdd, una de las más grandes de toda la región latinoamericana.

Aquel momento fue de grandes aprendizajes, comenta Brenda, porque el ecosistema emprendedor parecía ser “más agresivo” en cuanto a la presión que ejercían los fondos de inversión por hacer empresas más rentables. Esto incluso provocó que Tul se convirtiera en un marketplace.

La experiencia de Brenda en el ecosistema emprendedor la ha llevado a ser mentora de Endeavor y otras organizaciones relacionadas con el emprendimiento: “Finalmente, pues te enamoras de este mundo, y por eso me decidí a fundar Skala”.

Desde etapas muy tempranas, Brenda se ha desempeñado en industrias “muy masculinas”, dice. Estuvo en la industria manufacturera, metalmecánica -trabajó para GE en su división Oil & Gas-. “Cuando entré al mundo del emprendimiento no fue la excepción. En Latam, desgraciadamente, entre más nivel de responsabilidad existe en la organización, mayor escasez de mujeres. Terminas estando más rodeada de hombres”.

Brenda forma parte de una minoría en el ecosistema. En México, solo tres de cada 10 Pymes que arrancan operaciones están lideradas por mujeres. Y una de cada tres empresas (32.5%) no tiene mujeres en el equipo fundador.

La Asociación de Emprendedores de México (ASEM) cada año realiza una encuesta que le permite generar una Radiografía del Emprendimiento en el país. A principios de este año presentaron la edición mujeres. ¿Algunos de los grandes hallazgos?

“El primero se relaciona con la ausencia de un sistema de cuidados que hace que las mujeres tengan menos tiempo para desarrollar sus proyectos de emprendimiento”, dice Juana Ramírez, presidenta del Consejo Directivo de la ASEM, en entrevista para Woman Times.

Incluso en esta edición de la Radiografía del Emprendimiento, 30% de las encuestadas dijeron que una de las razones de fracaso de su empresa fue “la falta de tiempo”. Y es que estaban al cuidado de sus hijos, de adultos mayores o de otros familiares. En México hay 58.6 millones de personas susceptibles de recibir cuidados, y 76.4% de las personas cuidadoras son mujeres, de acuerdo con datos del gobierno de la República.

Sobre este tema, Brenda explica que incluso durante la carrera profesional de las mujeres, en muchas ocasiones no se ha logrado un correcto acompañamiento durante periodos muy relevantes, como la maternidad: “Creo que, en el entorno económico, las empresas, los inversionistas tienen la oportunidad de generar más sensibilidad en este tipo de etapas”, dice.

Otro aspecto que reveló el estudio hecho por la ASEM, explica Juana, es que las empresas fundadas por mujeres suelen tener menos acceso al financiamiento: “Apenas 2% o 3% de las inversiones de los fondos se da en empresas lideradas por mujeres”. En este punto, señala, juegan varios factores, porque estas organizaciones arguyen que no existen suficientes proyectos con el nivel de escalabilidad que se requiere para efectuar una inversión. Sin embargo, explica la directiva, también existen proyectos como el de Anna Raptis -quien lidera el fondo Amplifica Capital, enfocado en impulsar proyectos fundados por mujeres-, a través del cual se han detectado varios proyectos con buen nivel de escalabilidad que han sido atractivos para los fondos.

Según explica Juana Ramírez, y de acuerdo con información de la Radiografía realizada por la ASEM, 43.2% de las empresas arrancaron operaciones con recursos propios; 30% lo hizo con recursos de familiares, y más del 50% sí buscaron financiamiento, pero tres años después. “Hay requisitos que son imposibles para los emprendedores; requieren al menos dos años de estar operando para poder tener acceso al financiamiento. Y en el caso del emprendimiento femenino; hay muchas más externalidades”.

De acuerdo con una entrevista realizada a Blanca Aldasoro, directora de Proyecto Strive México en Fundación Capital, y publicada en el sitio de Mastercard, aunque 47% de las Pymes son propiedad o copropiedad de una mujer, en el 80% de estas, las decisiones las toma un hombre.

“Cuando hablamos con las fundadoras y les decimos ‘¿oye, pero por qué tu hermano, tu esposo o una figura masculina es el director general de la empresa?’ Responden que porque los clientes, sobre todo si el negocio se desarrolla en un mundo de hombres, se sienten más cómodos de hablar con el socio, que con ellas”, dice Juana. El mundo de los negocios comenta, continúa siendo muy masculino.

La autoconfianza, sin duda, se perfila como otro de los grandes obstáculos para el emprendimiento femenino: “Recordemos que 67% de las mujeres dejarán ir una posición de crecimiento por sentir que no están listas para cumplir esa función. Entonces, necesitamos trabajar en el tema de formación y fortalecimiento de las capacidades de liderazgo de las mujeres”.

Brenda opina que en los ambientes preponderantemente masculinos sí es importante generar una sensibilidad diferente sobre cómo relacionarse: “Los hombres, a veces, en su interacción son mucho más pragmáticos, como más directos en algunas cosas o menos sensibles. Quizá no les es tan fácil el tema de la empatía. No lo generalizo, pero, a veces, cuando estás en ambientes muy masculinos, creo que una tiene que esforzarse como mujer a entender mejor al otro, porque naturalmente sí existen ciertas diferencias de cómo una mujer y un hombre abordan un tema”.

Esto, agrega, también se relaciona mucho con la mentalidad, la experiencia y la misma formación que las mujeres construyen durante su vida.

Otro tema que a Juana le preocupa es la falta de empresas de base tecnológica fundadas por mujeres. Ella destaca que 16% de las empresas de informática y tecnología son fundadas por hombres; mientras que las mujeres fundan apenas 0.8% de éstas.

Las empresas fundadas por mujeres contratan a más mujeres

La directiva de la ASEM afirma que las empresas con fundadoras mujeres suelen contratar a más mujeres. Ellas equivalen a 60% de su nómina. En cambio, apenas 37% de los colaboradores, en las empresas fundadas por hombres, serán mujeres. “Donde hay fundadores mixtos, hay mayor sentido en la contratación. Digo esto, porque en la medida en que normalicemos el tema de la diversidad y el liderazgo femenino, habrá más mujeres pensando que ellas podrían ser capaces de hacerlo”.

Juana considera que el hecho de que México tenga, por primera vez, una mandataria mujer, generará gran interés en que las mujeres ocupen posiciones de poder. “Tenemos que seguir trabajando en capacitación. Normalmente, las mujeres somos más emocionales, más pasionales; pero a la hora de asumir una posición directiva, las mujeres somos mucho más racionales que los hombres”.

Desde la ASEM, explica Ramírez, se generó el documento “Agenda Público-Privada para mejorar las condiciones en que emprenden las mujeres y promover el desarrollo de sus empresas”. Éste se entregó durante la campaña presidencial a los tres candidatos: “Tuvimos muy buena respuesta, particularmente de las dos candidatas”, dijo. Algunas de las consideraciones para incrementar la participación de las mujeres emprendedoras en México, que se contemplan en el documento, son la necesidad de visibilizar a las mujeres en los diversos escenarios del ecosistema emprendedor; también crear una mayor vinculación entre universidades, instituciones gubernamentales y sector privado para apoyar al emprendimiento femenino desde una perspectiva de género; además de facilitar la incorporación en las cadenas de valor de negocios liderados por mujeres en las áreas STEAM, entre muchos otros.

“Por un lado, hay que promover el emprendimiento, ya sea femenino o masculino, pero entendiendo al emprendimiento como un verdadero motor de movilidad social […] Un punto para mí muy importante es que la independencia financiera en las mujeres disminuye el riesgo de ser víctima de violencia. Cuando una mujer es independiente financieramente es mucho más probable que tome la decisión de separarse de un marido golpeador. Es mucho menos probable que sea víctima de trata; más probable que pueda prevenir temas de violencia. Además, con el emprendimiento femenino impactamos también temas dolorosos que afectan a nuestras mujeres y al país”, concluye categórica Juana Ramírez.

Brenda tiene de frente varios desafíos. Continuar escalando su empresa, que continúe siendo rentable. Después, seguir apalancándose de la tecnología para generar un producto eficiente y también escalable. “Otro reto es seguir haciendo crecer al equipo, porque mucho del negocio depende de la gente […] Crecer un equipo que tenga nuestros valores y que comparta el propósito”.

No tener miedo a emprender, “a saltar”, como dice Brenda, es fundamental. “Lo peor que te puede pasar es que falles; y fallar no está tan mal. Piensa que, si fallas, también es una gran oportunidad de volver a hacer cosas increíbles”.

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