Cinco años después del llamado Megxit, Meghan Markle y el príncipe Enrique se encuentran en una etapa crucial de su camino fuera de la monarquía británica. Su transición a una vida independiente en Estados Unidos ha sido compleja, y aunque han encontrado éxitos notables, también han enfrentado cuestionamientos sobre su narrativa y propósito en su “tierra prometida”.
La revista Vanity Fair, conocida por su cobertura de figuras públicas influyentes, les ha dedicado su más reciente portada bajo el título “La gran estafa americana”. En un reportaje firmado por Anna Peele, se aborda el desafío de los Sussex para equilibrar su vida personal y profesional, presentando opiniones tanto críticas como defensoras sobre su influencia y enfoque actual.
De un sueño californiano a un camino en evolución
Cuando los Sussex se establecieron en Montecito, su mansión de 14,65 millones de dólares parecía simbolizar un nuevo comienzo lleno de posibilidades. La pareja buscaba construir una vida que combinara su trabajo filantrópico con proyectos en medios de comunicación, como su fundación Archewell. Sin embargo, la transición no ha sido tan sencilla como esperaban.
El reportaje de Vanity Fair destaca que, aunque los Sussex lograron contratos multimillonarios con plataformas como Netflix y Spotify, cumplir con las expectativas de impacto masivo ha sido un reto. “Lo que intentas dejar atrás es lo que, paradójicamente, atrae más atención”, señala una fuente citada en el artículo, haciendo referencia al interés del público en su ruptura con la familia real.
Proyectos con altos y bajos
El reportaje publicado en Vanity Fair también ahonda en que, a pesar de los desafíos, la pareja ha lanzado iniciativas que reflejan sus valores, como el pódcast Archetypes de Meghan y las memorias de Enrique, En la sombra. Este último se convirtió en un éxito editorial, ofreciendo una visión íntima de sus experiencias personales y familiares. Sin embargo, algunos proyectos no han alcanzado el impacto esperado, como su docuserie sobre polo, lo que ha llevado a un ajuste en su estrategia profesional.
Las críticas también han señalado una posible desconexión con su entorno. Enrique, según el reportaje, parece luchar por encontrar su lugar en un nuevo país, mientras que Meghan enfrenta las expectativas de ser una figura influyente en los medios y la filantropía.
Un futuro por construir
A pesar de las adversidades, el compromiso de los Sussex con sus objetivos es evidente. Han logrado avances significativos en áreas como el trabajo humanitario en África y proyectos como la iniciativa 40×40 de Meghan, enfocada en empoderar a mujeres en situación de vulnerabilidad.
En este contexto, el desafío de la pareja no es solo superar las críticas, sino también redefinir su identidad pública en un entorno que ya no gira en torno a la monarquía. Su historia, en constante evolución, refleja los altibajos de un cambio radical y la búsqueda de un propósito propio.
¿Qué sigue para los Sussex?
En el quinto aniversario de su partida de la familia real, Meghan y Enrique enfrentan una oportunidad única para fortalecer su influencia más allá de los titulares. Aunque la percepción mediática hacia ellos ha cambiado, su capacidad para adaptarse y liderar desde sus propios términos podría ser clave para construir un futuro que combine impacto, autenticidad y estabilidad.