Sería difícil encontrar a alguien que no haya escuchado alguna vez “Porque yo lo valgo”. El claim más icónico de L’Oréal Paris no solo marcó un hito en la historia de la publicidad, sino que también capturó el espíritu de una época en la que las mujeres comenzaban a tomar la palabra. Lo que pocos saben es que esta frase, que hoy cumple 54 años, fue escrita en 1971 por una joven redactora publicitaria de apenas 23 años: Ilon Specht.
Specht trabajaba en la agencia McCann cuando escribió la línea para un comercial del tinte Preference. Lo revolucionario no era solo el tono, sino la voz: por primera vez, una mujer hablaba en primera persona, con autonomía, seguridad y convicción. “Uso el color de cabello más caro. Preference, de L’Oréal. No es que no me importe el dinero. Es que me preocupo por el cabello… y no me importa gastar algo más en L’Oréal. Porque lo valgo”.
Era el año 1971, y el movimiento feminista ganaba fuerza en Estados Unidos. En ese contexto, Specht entendió que no bastaba con mostrar mujeres bonitas. Había que hablarles —y dejar que hablaran por sí mismas—. Quería retratar a una mujer real, asertiva, contemporánea. Y lo logró. El mensaje era claro: mi decisión tiene valor, porque yo lo tengo.
Desde entonces, el lema ha evolucionado (“Tú lo vales” es la versión más reciente), pero su esencia se ha mantenido intacta. Se convirtió en claim antes que en eslogan, y no en una simple frase publicitaria. Y más allá del marketing, en un manifiesto de autoestima.
A más de cinco décadas de su creación, “Porque yo lo valgo” sigue siendo parte del imaginario colectivo. Su permanencia no solo habla de la efectividad de una campaña publicitaria, sino también de cómo ciertas frases logran trascender su contexto original y mantenerse vigentes a lo largo del tiempo.