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La propuesta Yoga Gorde

Body positive y activismo gordo se unieron para lanzar una iniciativa que a diario suma practicantes. “Aquí nadie reclamará rendimiento o baja de peso, aquí buscamos la esencia del yoga”, dicen.     

“Sin taparse los rollos ni bajarse la polera”, es parte del llamado que hacen desde Yoga Gorde, una iniciativa creada en pandemia que busca acercar a personas de cuerpos voluptuosos a esta práctica milenaria que previene enfermedades y ayuda a aliviar enfermedades crónicas a través de posturas y ejercicios de respiración.

Hasta ahora, más de un centenar de personas de entre 16 y 60 años, se han sumado a esta nueva modalidad creada por Andrea Ocampo, filósofa y activista gorda, quien reunió a instructores de Loknath, escuela de Yoga tradicional (Hatha) para definir las asanas que más adecuadas para cuerpos XL. “Con el equipo valoramos el viaje del redescubrimiento corporal antes que el destino. Sabemos que cada proceso es absolutamente personal, pero su memoria y organización puede volverse colectiva. Aquí nadie reclamará rendimiento o baja de peso, sabemos que tenemos derecho a permanecer gordos”, sentencia.

Las clases virtuales son transmitidas para todo el mundo hispano hablante y entre los asistentes se mezclan cocineras, dramaturgos, periodistas y artesanas. El denominador común son las ganas de conectar con sus cuerpos. “Nos levantamos como un espacio protegido, con 8 salas de clases virtuales, cursos paralelos y cupos acotados. Resguardamos la intimidad en un ambiente libre de discriminación”, dice Ocampo.

La organización está próxima a abrir su primer curso de “Yoga para gordes gestantes”, mientras que para las personas que presentan problemas de sueño (“gorden insomnes”) impartirán una capacitación de “Prácticas para el buen dormir”. El objetivo es abrir un espacio de debate sobre el body positive.

Francisca Mandiola asiste a estas clases desde hace más de seis meses y advierte un cambio importante en la dinámica. “Me comentaron de este proyecto y no dudé en inscribirme. Es evidente que no todos los cuerpos pueden realizar todas las posturas, por eso se agradece un espacio donde piensan en quienes pueden llegar a presentar alguna dificultad”, cuenta.

Entre las misiones de Yoga Gorde, está el empatizar con todos los que alguna vez fueron a una clase de cualquier tipo de ejercicio y se sintieron discriminados. “Espero que con el tiempo se abran más iniciativas como esta para que todos puedan, sin importar los cuerpos, disfrutar de una disciplina tan mágica como como el Yoga”.

Sofía Santander

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