Tras varios años de controversias y críticas por la falta de diversidad y representación, la marca Victoria ‘s Secret decidió relanzar su icónico desfile con un enfoque que prometió inclusividad.
El regreso del desfile de Victoria’s Secret en 2024 ha generado altas expectativas tras su suspensión de cinco años. El evento, que debutó en televisión abierta en 2001 con gran éxito, fue criticado por promover estándares de belleza inalcanzables y ser “sexista” y “anticuado,” especialmente en el contexto del crecimiento del movimiento #MeToo en 2016 y la expansión de la lucha feminista a nivel mundial. Ahora, la marca busca renovar su imagen, respondiendo a las demandas del público y ajustándose a las nuevas sensibilidades sociales.
Con una duración de alrededor de media hora, Victoria’s Secret presentó su nueva colección y propuesta estética de lencería y vestimenta incorporando no sólo a las top models que frecuentemente participaban en las ediciones anteriores – entre ellas las hermanas Hadid (Gigi y Bella), Irina Shayk, Adriana Lima, Alessandra Ambrosio y Barbara Palvin – sino también a modelos de diferentes tallas, como Paloma Elsesser y Ashley Graham, quienes han tenido éxito en la industria y han demostrado que las medidas hegemónicas de belleza ya no son un requisito tácito en el mundo de la moda. En total, 52 modelos de 25 países diferentes – buscando una representación también racial y étnica- desfilaron para el evento.
Para su regreso, la marca buscó no solo promover la diversidad corporal con su selección de modelos, sino también incluir a figuras icónicas como la top model noventera Kate Moss y la modelo y presentadora de televisión Tyra Banks, quienes nunca habían sido invitadas antes. Con esta apuesta, Victoria ‘s Secret mostró una apertura al incluir un rango etario más amplio, alejándose de la imagen tradicional centrada en cuerpos juveniles para promocionar sus colecciones.
Incluyendo las presentaciones artísticas de la cantante sudafricana Tyla, quien abrió el evento demostrando todo su talento y versatilidad, y con un celebrado cierre protagonizado por los hits de Cher, la vuelta de Victoria ‘s Secret tuvo una recepción positiva, acorde a las demandas sociales a las que se había visto envuelta la marca hace cinco años.
No obstante, aunque los esfuerzos por actualizar el concepto del desfile y su apertura hacia la inclusión de cuerpos e identidades diversas fueron reconocidos por los seguidores, queda la pregunta de si estas decisiones realmente representan un cambio profundo en la industria. Tal como lo señalan expertos que han estudiado crítica y sociológicamente la industria cosmética y de la moda, como Esther Pineda, señalan que la inclusión debe ir más allá de la imagen de marca que proyecta, por ejemplo, una marca como Victoria’s Secret, y centrarse en transformar la narrativa sobre la belleza y el papel de las modelos en la sociedad actual.
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