La CEO de Singularity Chile, Bárbara Silva, cerró la quinta edición del principal encuentro de innovación y tecnología de América Latina con un mensaje claro: el futuro se construye desde la acción, la colaboración y un liderazgo generoso. El Singularity Summit Chile 2025 no solo abordó la longevidad, la IA y la ética, sino que también se consolidó como una plataforma para que más mujeres se enamoren de la innovación.
Durante dos días, Santiago fue escenario del Singularity Summit Chile 2025, que reunió a 800 asistentes presenciales y online para discutir los grandes temas del futuro: desde reprogramar el sistema inmune hasta repensar la privacidad en la era de los dispositivos inteligentes.
Voces globales como la de Pilar Manchón, directora de IA en Google; Raymond McCauley, bioingeniero y cofundador de BioCurious; y Jaya Baloo, experta en ciberseguridad, pusieron sobre la mesa temas tan diversos como la ética en la inteligencia artificial, la longevidad humana o los riesgos de los entornos digitales. Pero entre todos esos avances tecnológicos y desafíos, una voz insistió en algo igual de crucial: que las mujeres de América Latina no pueden quedar fuera de esta conversación.
“Este no es el final, sino el comienzo”, dijo Bárbara Silva, CEO de Singularity Chile, al cierre del encuentro. Para ella, el desafío va más allá de conocer lo último en inteligencia artificial o biotecnología. Se trata de impulsar un movimiento de ideas que se convierta en acción, especialmente en un contexto donde la tecnología puede ser una aliada poderosa para el emprendimiento femenino.
“Buscamos que las mujeres puedan desarrollar una mirada sobre ‘el para qué’ de las tecnologías. Que se atrevan a lanzar nuevos proyectos, a reinventarse, a adaptarse a los desafíos y llegar mucho más lejos”.
Silva, que lidera una organización hermana de Singularity University, insiste en que no es necesario tener un título en ingeniería para entrar al mundo tecnológico. Ella misma es psicóloga de formación, y asegura que el verdadero diferencial está en la visión: “Buscamos que las mujeres puedan desarrollar una mirada sobre ‘el para qué’ de las tecnologías. Que se atrevan a lanzar nuevos proyectos, a reinventarse, a adaptarse a los desafíos y llegar mucho más lejos”.
En paralelo al Summit, ya se prepara una nueva iniciativa gratuita: la Academia de Innovación de Global Impact, donde más de 300 mujeres podrán formarse con referentes globales en las mismas temáticas que se abordaron en el encuentro. “Queremos que se enamoren de la innovación. Que no piensen en pequeño. Que resuelvan problemas significativos con impacto global”, subraya Silva.
Para Silva, el Summit no se mide solo por la presencia de figuras como David Roberts o la humanoide RIA. Se mide por el conocimiento que circula, las conexiones que se activan y las ideas que logran salir del auditorio para materializarse en políticas, empresas o soluciones concretas. “Estoy feliz de que podamos transmitir ideas que permitan subir el estándar del conocimiento, y que ese conocimiento se concrete en quienes hoy toman decisiones en este país”, afirmó.