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México se interna en una nueva etapa marcada por más mujeres en el poder

Por: Israel Zamarrón

1 de octubre de 2024. Esta fecha que quedará plasmada en los libros de historia durante mucho tiempo. Fue el día en el que, a las 11:35 horas, Claudia Sheinbaum rindió protesta ante el Congreso de la Unión como la primera presidenta de México después del paso de 65 jefes de Estado en 200 años de República independiente. “No llego sola, llegamos todas”, dijo casi al iniciar su primer discurso como mandataria, haciendo estallar los aplausos y ovaciones sin distinción de género.

Su llegada a la Presidencia de México es un hecho histórico por donde se mire, e interna al país en una nueva etapa que estará marcada por la notable presencia de más mujeres en las posiciones de poder político, que estuvieron tomadas por hombres durante décadas. Un hito sin precedentes para un país en el que 7 de cada 10 personas admiten que prevale el machismo, según reveló en febrero de este año una encuesta del diario español El País.

La ceremonia del traspaso de poder fue por demás simbólica. Ifigenia Martínez, ícono de la lucha social y política de la izquierda mexicana -quien actualmente es presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados- recibió la banda presidencial de manos del expresidente Andrés Manuel López Obrador y la entregó a Sheinbaum, un momento histórico que fue visto de cerca por Norma Piña, la primera ministra en presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Así, Sheinbaum -científica de profesión y política por convicción- se sumó a las otras 28 mujeres que actualmente son jefas de Estado. Aunque para México su llegada a la Presidencia se ha percibido como motivo de celebración y de avance en la lucha de las mujeres por la igualdad sustantiva, la ONU publicaba al mismo tiempo un dato crítico: “al ritmo actual, la igualdad de género en las más altas esferas de decisión no se logrará por otros 130 años”.

“Llegamos todas”

Su primer discurso como presidenta de México duró 40 minutos y fue continuamente interrumpido por aplausos, ovaciones y gritos de “presidenta, presidenta” y “es un honor, estar con Claudia hoy”, En él Sheinbaum reivindicó a las mujeres. A aquellas cuyo nombre, rostro y hazañas son conocidos por la historia, pero también a las “heroínas anónimas, a las invisibles, que con estas líneas hacemos visibles, a las que con nuestra llegada a la Presidencia y estas palabras hago aparecer”.

“Llegan las que pudieron alzar la voz y las que no lo hicieron, llegan las que han tenido que callar y luego gritaron a solas, llegan las indígenas, las trabajadoras del hogar que salen de sus pueblos para apoyarnos a todas las demás, a las bisabuelas que no aprendieron a leer y a escribir porque la escuela no era para niñas, llegan nuestras tías que encontraron en su soledad la manera de ser fuertes, a las mujeres anónimas, las heroínas anónimas que, desde su hogar, las calles o sus lugares de trabajo, lucharon por ver este momento”, pronunció Sheinbaum con visible efusión.

Nunca antes las mujeres habían encabezado tantos puestos de toma de decisión del más alto rango en la política mexicana. Al final de este año, 13 de los 32 estados que conforman México estarán dirigidos por mujeres, cuando hace 70 años por primera vez las mujeres pudieron ejercer por su derecho a votar y ser votadas, y cuando hace apenas 45 años el país tuvo a la primera mujer gobernadora de un estado: Griselda Álvarez, en Colima.

La llegada de Sheinbaum Pardo al poder representa una esperanza para que el país avance hacia la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres. De hecho, la presidenta no dejó pasar más días para dar un paso firme en ese objetivo: dos días después de su llegada al Palacio Nacional anunció que enviará una serie de reformas, algunas de ellas a la Constitución mexicana, enfocadas en los derechos de las mujeres.

Las reformas proponen, entre otras cosas, incluir en la Constitución del país la igualdad entre hombres y mujeres la igualdad salarial y la paridad en todos los cargos de la administración pública federal. También el derecho de las mujeres a vivir una vida libre de violencias. Estos planteamientos fueron presentados junto a Citlalli Hernández, quien ocupa la Secretaría de las Mujeres, que antes del gobierno de Sheinbaum tenía el rango de Instituto.

Woman Times informó hace unos días que, de acuerdo con una investigación del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), México es el cuarto país con menor participación económica de las mujeres en América Latina.

Además, la participación de las mujeres en la economía remunerada es de 46%, mientras que la de los hombres asciende a 77%, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Y esto no ha variado mucho en las últimas dos décadas: entre 2005 y 2023 el indicador solo creció solo cinco puntos porcentuales al pasar de 41% a 46%. A este ritmo, tomaría 119 años que las mujeres alcancen la tasa de participación económica de los hombres.

Sheinbaum adelantó que durante su gobierno buscará replicar algunas de las iniciativas que impulsó durante su mandato en la Ciudad de México, capital del país. Algunas de ellas son medidas de protección para las mujeres en materia de violencia digital, que se conoce como Ley Olimpia; leyes para que en casos de violencia doméstica contra las mujeres los agresores sean los que salgan de casa en lugar de que las mujeres y sus hijos sean desplazadas a un refugio.

Gabinete paritario

Otro elemento a destacar es que la nueva presidenta conformó un gabinete totalmente paritario: la mitad de las Secretarías de Estado están encabezadas por mujeres y la otra mitad por hombres. Algunas de las posiciones más relevantes -en cuanto a la toma de decisiones cruciales para la correcta conducción del país- están en manos de mujeres.

La Secretaría de Gobernación, por ejemplo, será dirigida por Rosa Icela Rodríguez, una figura relevante en el movimiento político creado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, mismo al que pertenece la presidenta Sheinbaum Pardo. Ella ocupa una posición considerada como segunda al mando después de la Presidencia de la República.

La Secretaría del Bienestar, otra cartera clave en el ideario de la llamada Cuarta Transformación -que prioriza la atención a las comunidades más desprotegidas e históricamente olvidadas- también es ocupada por una mujer: Ariadna Montiel, quien repite en el cargo, pues lideró ese mismo espacio durante el mandato del expresidente López Obrador.

La presidenta creó 2 nuevas Secretarías: la de las Mujeres, que está a cargo de Citlalli Hernández, exsenadora de la República y exsecretaria general del partido Morena, y la de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación, liderada por la académica y científica Rosaura Ruiz Gutiérrez, quien ocupó la misma posición durante el gobierno de Sheinbaum en la Ciudad de México.

La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales también seguirá liderada por una mujer, Alicia Bárcenas Ibarra, quien se ha desempeñado en la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en la diplomacia mexicana como embajadora de México en Chile y secretaria de Relaciones Exteriores en la pasada administración.

La cartera de Energía recae en Luz Elena González, quien durante el mandato de Sheinbaum en la capital mexicana fue la titular de la Secretaría de Administración y Finanzas. Ella tendrá un papel relevante durante el sexenio ya que, como cabeza de sector, dirigirá los esfuerzos de la presidenta para echar a andar un plan de transición energética hacia energías limpias.

La Secretaría de Cultura será dirigida por Claudia Curiel Álvarez de Icaza, quien ocupó la misma posición en el gobierno de Sheinbaum en la Ciudad de México, y fue la encargada de llevar grandes espectáculos al Zócalo de la Ciudad de México, como la cantante española Rosalía o el grupo de rock argentino Los Fabulosos Cadillacs.

En la Secretaría de Turismo despachará Josefina Rodríguez Zamora, y en la Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Edna Vega Rangel. Finalmente, la Consejería Jurídica de la Presidencia, una posición clave para el seguimiento de la implementación de la reforma al Poder Judicial de México, será encabezada por Ernestina Godoy, quien fue titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México durante el mandato de Sheinbaum en la Ciudad de México.

‘Que sea la regla, no la excepción’

Como publicó Woman Times, para la doctora en Ciencias Políticas y Sociales e investigadora de la Universidad La Salle de la Ciudad de México, Claudia Pedraza, la llegada de una mujer a la Presidencia debe normalizar y amplificar la presencia femenina en la política. “Lo ideal sería que a partir de este momento ya no sea un hecho excepcional, sino que haya más participación de más y diferentes mujeres como candidatas a la Presidencia”.

“Este momento no tiene que convertirse en la excepcionalidad, sino en algo frecuente, porque finalmente eso es lo que se ha buscado con la lucha paritaria, que tengamos más mujeres en las posiciones que rigen la vida política en este país”, dijo Pedraza en entrevista, quien es experta en género y periodismo deportivo, violencia digital de género, mujeres y tecnologías sociodigitales, entre otros temas de investigación.

Para ella, la llegada de Sheinbaum a la Presidencia “es el resultado de más de un siglo de lucha de las mujeres, particularmente la lucha por la representación política y por la oportunidad de participar en el ámbito de la política institucional en igualdad de condiciones”.

“La segunda lectura es que es un triunfo sobre la cultura machista que históricamente ha existido dentro de la organización de partidos, dentro de la organización institucional del gobierno, y dentro de las propias reglas y órganos electorales. También es un triunfo sobre algunos sectores de la población que todavía se resisten a ver a mujeres dirigiendo la política de un país”, añadió entonces la investigadora mexicana en una charla exclusiva con este medio.

Y cerró: “la llegada de una presidenta puede abonar para seguir revisando los mecanismos institucionales de participación política de las mujeres, las medidas de paridad de género, los mecanismos para erradicar la violencia política en razón de género, incrementar las posibilidades de las mujeres para ingresar a los partidos. La próxima presidenta va a colocar en la agenda la necesidad de seguir trabajando en los mecanismos que ya existen y que permitieron que ella llegara a ese cargo”.

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