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Mujeres en reuniones laborales: Las razones de por qué ellas opinan menos que los hombres

Un estudio de la Universidad de Cambridge llegó a la conclusión de que, cuando las mujeres son minoría en una reunión de trabajo, pueden llegar a hablar hasta un 75% menos que los hombres. 

La Universidad de Cambridge realizó un estudio con el fin de analizar de qué manera y con qué frecuencia interactúan hombres y mujeres en el ámbito laboral, sobre todo en situaciones deliberativas. Los resultados corroboraron lo que los investigadores pensaban, pero esta vez con cifras de respaldo. De todas las conclusiones, destaca una especialmente reveladora: cuando existe un número de hombres mayor al de mujeres en una reunión, ellas hablaban, en promedio, un 75% menos que ellos.  

De acuerdo a la muestra que fue replicada por los principales medios de comunicación del mundo, en encuentro donde las mujeres son minoría, sufren de interrupciones constantes que las hacía dudar más de sí mismas y por lo tanto, tienden a ser menos influyentes en la toma de decisión. Por el contrario, cuando las mujeres sobrepasan en número a los hombres, esta situación no ocurre. Este patrón no se observa en los hombres, cuya cantidad de interacciones no varía en función de la cantidad de hombres o mujeres presentes. 

La intención detrás de revisar esta cifras es determinar qué tipo de representatividad se busca a nivel social, ya que no basta con tener una mayor presencia de mujeres, sino que se trata de influir en la toma de decisiones. “Es verdad que se ha avanzado en términos numéricos”, explicó Jacinta Girardi, socióloga y cofundadora del Observatorio de Datos y Estadísticas de Género e Interseccionalidades (ODEGI) en entrevista a un diario nacional. “Si bien es fundamental incentivar la participación femenina y disidente en espacios mayormente masculinizados, con eso no es suficiente, especialmente si consideramos que a lo que se las está invitando es a participar de espacios hostiles del cual –por cómo seguimos concibiendo la crianza y las labores de cuidado– se van a tener que ir por no contar con el tiempo necesario para poder desarrollarse”.

La investigación de Oxford asegura que en esos espacios de deliberación, los hombres son vistos con mayor autoridad porque las mujeres, en esta estructura, son vistas como ciudadanas de segunda categoría, históricamente relegadas a lo privado y sin mucha escucha o visibilidad. En conclusión, cuando las mujeres hablan, por el mero hecho de ser mujeres, sus relatos no tienen la misma relevancia que los del hombre blanco y por lo tanto, vistas como interlocutoras menos válidas. 

“Ser interrumpidas o cuestionadas por hacernos escuchar es una experiencia casi universal para las mujeres en espacios en los que somos superadas en cantidad por los hombres. Y el hecho que casi siempre es así, nos pone en una posición en la que tenemos que enfrentarnos constantemente a los estereotipos de género; o somos muy duras, o muy blandas, pero nunca perfectas. Lo que significa que somos vistas como competentes o queridas, pero nunca ambas dos”, sostuvo, la socióloga.

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