Por: Israel Zamarrón
Siete de cada 10 personas en México que están ocupadas en el sector salud son mujeres, sin embargo, solo 6% de ellas ocupan posiciones directivas. De acuerdo con el Observatorio de las Condiciones Laborales de las Mujeres en el Sector Salud, de la organización de la sociedad civil México, cómo vamos, “existe una segregación ocupacional significativa, con las mujeres concentradas en puestos de enfermería, mientras que, en los puestos de toma de decisiones, como posiciones directivas y de médicos tratantes, hay una subrepresentación femenina”.
La investigación también advierte que, “a pesar de que el sector salud muestra una tasa de informalidad laboral baja (20.7%) en comparación a la nacional (51%9), la tasa de informalidad para las mujeres que laboran en él es de 23.11%, en tanto que para los hombres es de 15.81%. Esta situación es preocupante debido a que el empleo informal se relaciona con menores ingresos a corto y largo plazo, así como desprotección en cuanto a seguridad social y menores prestaciones, incluyendo el acceso a servicios de salud, guarderías y ahorro para el retiro”.
En cuanto a la percepción salarial, el informe apunta que “por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer gana 91.3. Es decir, se observa una brecha salarial de 9.7%. En los puestos directivos, los hombres ganan 6.25% más que las mujeres en posiciones similares”.
Encima, esta brecha también se refleja en el trabajo del hogar y de cuidados no remunerados entre hombres y mujeres ocupados en el sector. “Las mujeres dedican casi el triple de horas a este tipo de labores de las que dedican los hombres, con independencia de sus ocupaciones remuneradas”.
“Las mujeres ocupadas en el sector salud no solo trabajan una jornada laboral completa, también realizan trabajo del hogar no remunerado equivalente a media jornada laboral adicional. Así, la mujer en la salud desempeña un triple rol: como paciente, porque existen problemáticas que las afectan de manera diferenciada; como cuidadora; y como trabajadora del sector”, subraya la investigación.
Y esta fotografía se repite a nivel regional en América Latina. En enero de este año la Organización Panamericana de la Salud (OPS), advirtió que “las mujeres están subrepresentadas en las posiciones de liderazgo y gobernanza en el sector de la salud” en América Latina, ya que ocupan “menos del 30% de los cargos directivos en el sector salud, a pesar de que representan aproximadamente el 72.8% del personal sanitario y el 87% del personal de enfermería”.
De acuerdo con el estudio El liderazgo de las mujeres en la salud de las Américas: Por una gobernanza sanitaria paritaria e inclusiva, “en la medida en que las mujeres están subrepresentadas en las posiciones de liderazgo y gobernanza en el sector de la salud, sus contribuciones tienden a ser menos reconocidas y valoradas. Esto refuerza un ciclo de desigualdad de género, donde las voces y perspectivas de las mujeres quedan marginadas en la toma de decisiones. Esta falta de representación no solo afecta a las mujeres individualmente, sino que también moldea la agenda de salud y la asignación de recursos a todos los niveles, incluido el comunitario”, alerta la investigación.