Hace pocos días, Paula Ulloa se convirtió en la tricampeona de parakarate en el campeonato Panamericano Curazao 2022. En entrevista exclusiva con Woman Times, cuenta los inicios de su enfermedad y el sueño de abrir una fundación orientada a masificar el deporte inclusivo.
Paula Ulloa (42 años, La Serena) comenzó a practicar karate como una forma de desestresarse, antes de recibir el diagnóstico de espondilitis anquilosante, un tipo de artritis que cambió su vida para siempre. En ese entonces, trabajaba como profesora en un colegio en La Serena y buscaba un escape, una manera de eliminar el estrés de las largas jornadas en la sala de clases. Así, conoció al sensei Rafer Rivera, quien hoy es su marido y que le enseñó toda la disciplina del arte japonés.
“Yo era una persona súper hiperquinética, estaba a cargo de los talleres del colegio y con mi marido salíamos a bailar cada vez que podíamos. Nunca imaginé que los dolores que sentía desde mis 15 años fueran síntomas de una enfermedad tan grave”, rememora Paula, a días de haberse coronado como tricampeona panamericana de la parakarate, una disciplina que el año pasado la llevó a la cita mundial de dicho deporte, donde obtuvo el quinto lugar.
Tras el diagnóstico, su cuerpo fue decayendo y un día ya no pudo practicar más. “Recién a los 35 me detectaron la enfermedad y entonces ya había avanzado mucho. Por años, me dijeron que el problema era el lumbago, costó mucho que identificaran esta enfermedad que es degenerativa, progresiva y no tiene cura. El dolor que sientes es como si te martillaran un dedo cada media hora”, dice.
La pérdida de movilidad la obligó a caminar con la ayuda de bastones, lo que con el tiempo se le hizo cada vez más difícil. En 2017, fue a un seminario donde conoció la disciplina donde se ha forjado un nombre a nivel continental. “Siento que sin el parakarate nunca habría aceptado mi condición de estar en una silla de ruedas”, reconoce.
“He participado en tres campeonatos panamericanos y un mundial. Es increíble como cada competencia tiene un aprendizaje único. Aparte de ir a competir y representar a mi país, voy a aprender. Siempre hay alguien que sabe más que uno y este panamericano lo viví a concho. No conozco mucho de los lugares donde voy porque me concentro mucho y soy muy meticulosa, entreno casi todo el día”, dice.
¿Te sientes una referente para las generaciones más jóvenes?
Es una palabra muy grande, lo que sí lo asumo como una gran responsabilidad, porque hay mucha gente mirándome y viendo lo que hago. Mi objetivo es que la gente comience a practicar cualquier deporte inclusivo. Siento que las personas con discapacidad tenemos una tarea muy grande que es trabajar la inclusión en la sociedad. Esa tarea la asumí sin querer y me gusta ver cómo la gente responde a eso. Todo eso me llena el corazón y el alma. Me siento responsable de una sociedad inclusiva.
Luego de jubilar por invalidez, Paula se abocó a la tarea de promover el parakarate. “Educamos a la gente en la inclusión a través de este deporte. Estamos apadrinados por la municipalidad y por el Instituto Nacional del Deporte. Más allá del karate, nuestro objetivo es avanzar hacia una sociedad inclusiva, donde los chicos sepan cómo sociabilizar con una persona con Síndrome de Down, autismo u cualquier otra discapacidad”, sostiene
El sueño de Paula es crear una fundación. “Quien para de soñar está muerto en vida. Tengo muchas ganas de abrir las puertas al deporte adaptado a todas las condiciones y a través de una institución se pueden crear las redes para potenciar la práctica deportiva que es la que hace que la sociedad tenga un desarrollo más óptimo. Ese es mi anhelo”.
¿Cómo ves las posibilidades para que la disciplina llegue a los Juegos Paralímpicos de 2028?
Estamos trabajando para que estemos en Los Ángeles en 2028. Estamos en una campaña mundial todos los parakaratecas para que se pueda lograr y que se desarrolle esta disciplina. Llegar a unos Juegos Paralímpicos sería un sueño. El próximo año vamos a hacer una muestra en Santiago para que sumemos apoyo y llegar.
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