Es común escuchar que las mujeres viven más que los hombres, una afirmación que parece estar respaldada por numerosos, si no la mayoría, de los estudios sobre el tema. En 2023, por ejemplo, en América Latina y el Caribe, la esperanza de vida de los hombres era de 73 años, mientras que la de las mujeres alcanzaba los 79 años.
Algo similar ocurre en Estados Unidos, donde la esperanza de vida de las mujeres es de 80 años, mientras que para los hombres es de 75 años. Se trata de un hecho que se repite sin importar donde vivan estas mujeres, cuánto dinero ganen o cualquier otro factor. De hecho, es incluso cierto entre la mayoría de los mamíferos.
Sin embargo, ¿alguna vez nos hemos preguntado por qué sucede esto? Hasta hoy, no hay una certeza respecto a este tema. Sin embargo, según contó The New York Times recientemente, existen algunas luces que apuntan a una respuesta.
Por un lado, podría tratarse de un factor genético. Hay creciente evidencia de que el par de cromosomas XX del ADN de las mujeres podría tener impacto en la longevidad, aunque no se sabe exactamente por qué.
Una investigación liderada en 2018 por Dena Dubal, profesor de neurología de la Universidad de California en San Francisco, estudió a ratones genéticamente modificados con diferentes combinaciones de cromosomas sexuales y órganos reproductivos. Lo que descubrió fue que los que más vivieron fueron los ratones con pares de cromosomas XX y con ovarios, seguidos por los ratones con pares XX y testículos.
Las hormonas sexuales son otro de los factores que se han estudiado por su impacto en la longevidad y el sistema inmunológico. “Hay buenos datos que muestran que, al menos hasta la menopausia, el sistema inmunológico femenino tiende a ser mejor, más activo y con mayor capacidad de respuesta”, señaló la doctora Benayoun para The New York Times, asegurando además que los hombres “tienden a responder mucho peor ante las infecciones”, lo que a su vez podría acortar su esperanza de vida.
Sin embargo, la genética y las hormonas no necesariamente son lo único que hace que las mujeres vivan más que los hombres. De hecho, los hábitos y estilo de vida pueden jugar un papel clave en esa disparidad.
Por ejemplo, las mujeres son generalmente menos propensas que los hombres a fumar o beber en exceso, conductas que contribuyen significativamente a la mortalidad. Por otro lado, también son más las mujeres quienes tienen prácticas y conductas saludables como hacerse un chequeo de salud anual o usar siempre el cinturón de seguridad en el auto.
Finalmente, también existen factores a nivel social, como los conflictos armados y la violencia con armas de fuego, que afectan desproporcionadamente más a los hombres.
Incluso en términos de vida laboral, pareciera ser que los hombres se exponen más. Según un estudio titulado “Disparidades de sexo en los resultados de COVID-19 en los Estados Unidos”, los hombres tenían más probabilidades de tener trabajos que los expusieran al virus, que estuvieran en situación de calle o en la cárcel, todos factores que afectan la tasa de mortalidad.
Aunque es posible que la combinación de todos estos factores sea la causa de que las mujeres vivan más que los hombres, aún estamos lejos de obtener una respuesta definitiva. Por eso, es fundamental continuar realizando ensayos controlados aleatorizados que permitan aislar y analizar cada factor por separado.