Actualmente, si bien el llamado de la Fundación Chilena de la Adopción es invitar a los chilenos y chilenas a abrir sus hogares para convertirse en familias de acogida, para el organismo esto se trata de una campaña permanente. Este 2023, bajo el nombre “Atrévete a cuidar”, la fundación pionera en el acogimiento familiar busca seguir acortando el número de niños y niñas que residen en hogares para que así, durante el plazo que esperan hasta poder llegar a sus familias definitivas, puedan ser acompañados y protegidos por un clan provisorio.
El año 2018, por primera vez en la historia de Chile, el ingreso de niños, niñas y adolescentes al Programa Familias de Acogida superó al número de niños en residencias y hogares de menores. Según lo informado por la directora nacional del SENAME en la Cuenta Pública de ese año, ratificado luego por UNICEF, se reportó el ingreso de 12.570 niños, niñas y adolescentes al sistema de cuidado alternativo, 6.267 en residencias y 6.303 en acogimiento familiar.
Estas cifras son el resultado de esfuerzos institucionales que han buscado promover el acogimiento familiar, tal como lo hace la Fundación Chilena de la Adopción desde su creación el año 1985. Asimismo, el aumento de niños y niñas en familias de acogida se debe también a la promulgación del Servicio Nacional de Protección Especializada de la Niñez y Adolescencia en 2020, que busca garantizar la protección especializada de niños, niñas y adolescentes vulnerados en sus derechos y que, entre sus políticas centrales, exige hoy que los niños entre 0 y 3 años sean acogidos en modalidad familiar.
En entrevista con Woman Times, Alejandra Ramírez, Directora Ejecutiva de la Fundación Chilena de la Adopción, se refiere al programa que hoy siguen impulsando para que más niños y niñas puedan llegar a las familias de acogida durante el plazo que lo necesiten. “En Chile se ha reconfigurado la importancia del cuidado alternativo y actualmente hay un número mayor de niños que están en familias, pero siempre nos faltan”, sostiene la directora.
Atrévete a cuidar
Este es el lema que la fundación escogió para 2023, buscando que más núcleos familiares quieran unirse al cometido de acoger a niños que se encuentran bajo protección del Estado mientras esperan a sus familias definitivas. Para la institución, explica Alejandra, lo importante de la campaña es hacer ver que, al momento de querer asumir el cuidado de un infante, se está iniciando un proyecto familiar, el cual puede extenderse por algunos meses hasta 4 años aproximados, como ha sucedido en algunos casos, dependiendo de la situación del niño. “Independiente de si tú vives sola, o si vives acompañada de más personas, pareja, hijos, etc., el acogimiento debe ser un proyecto familiar y debe movilizar a todos quienes forman parte de esta familia para acoger, de ahí nuestra campaña, atrévete a cuidar”.
Dentro de los requisitos para convertirse en familia de acogida están, por una parte, pasar por una evaluación psicosocial que acredite tener las capacidades para asumir el cuidado del niño. Asimismo, es importante tener una red familiar que esté comprometida con la labor, es decir, que cuidar haya sido una decisión reflexionada y asumida de manera responsable por todos los integrantes del hogar. Por otra parte, un requisito importante es tener la disponibilidad para dedicarse a los cuidados de niño/niña de manera óptima.
Sobre esta última condición, Alejandra detalla: “Tiene que haber tiempo para ese niño o niña y organizar los tiempos de acuerdo a sus necesidades, más bien. Esto para nosotros es importante”, explica. Al mismo tiempo, la directora añade: “Es deseable también si los padres han tenido hijos anteriormente, porque eso proporciona la posibilidad de la hermandad, de formar parte de un sistema fraterno para este niño o niña. Este requisito no es excluyente pero sí deseable”.
Teniendo claridad de los requisitos, Alejandra señala que es común que algunas familias con deseos de acoger finalmente decidan no hacerlo por temor a perder el contacto con el niño o niña cuando el cuidado se termine. Otro temor recurrente en los adultos es “qué pasa si me apego mucho?”. Ese es un temor que tienen todas las familias y que de alguna manera hace freno en el proyecto”, explica la directora. No obstante, si bien se trata de un resquemor real, el objetivo del acogimiento justamente es apegarse de forma segura a un niño que lo necesita. La fundación cuenta con profesionales del área de la salud mental que acompañan a las familias de acogida durante todo el proceso, promoviendo a su vez lo que llaman “transiciones amorosas”.
“Buscamos que las familias sigan en contacto cuando los niños se van a adopción, es decir, que no se haga un borrón y cuenta nueva respecto de la historia del niño y del peso que tienen esas figuras que lo acogieron durante harto tiempo, algunas veces más de dos años. Por lo tanto, no hay quiebres en la historia vital del niño. Eso es lo más importante, el acogimiento está centrado en el bienestar de ese niño o niña”, explica Alejandra.
La campaña “Atrévete a cuidar” ya está atravesando todo el país y espera seguir aportando en la disminución de niños y niñas que se encuentran solos en hogares de menores. En la Fundación Chilena de la Adopción hay algunas familias que llevan más de 30 años abriendo las puertas de sus casas para recibir a los menores, acogiendo a más de 100 de ellos. Que este número crezca es hoy el foco principal.
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