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Sin atajos para la inclusión y la diversidad

Por: Andrea Folgueiras, Directora de Tecnología de Telefónica Hispanoamérica

Las empresas, sean de cualquier tamaño, buscan incluir en sus equipos al mejor talento disponible. En el caso de las áreas de tecnologías tenemos un galardón mezquino y de escándalo: allí se concentran la menor cantidad de mujeres. Los problemas son varios, desde cuestiones culturales hasta los procesos de reclutamiento o las decisiones de selección. Pero el origen de todo es mucho más complejo y se trata de la educación y el acceso a la tecnología.

En mi caso personal, sentí una atracción especial desde muy joven por la tecnología, por ello estudié Ingeniería Electrónica en la Universidad de Buenos Aires. Allí, claramente el porcentaje de mujeres que integrábamos los cursos no superaba el 10% (redondeando para arriba). Sería injusto decir que eso era responsabilidad de mis compañeros varones; esta proporción se daba porque las mujeres preferían otras carreras, o la cultura de ese entonces imponía usos y costumbres que las alejaba de este tipo de carreras.

Han pasado muchos años desde aquella época. Si bien la participación de mujeres en carreras universitarias es algo mayor que la participación de hombres según el informe “Mujeres en la Educación Superior” de la UNESCO del 2021, la situación cambia cuando vemos de cerca la situación en las carreras de tecnología y ciencias. Del total de mujeres que acceden a la educación superior, solo el 30% elige disciplinas relacionadas con la ciencia y la tecnología, según detalla el estudio “Descifrar el código: la educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología y matemáticas (STEM)”, también de la UNESCO.

El problema se agrava a lo largo de la vida laboral. Son pocas las que llegan con una carrera universitaria orientada a la tecnología, pero luego ocurre el fenómeno que yo llamo de “erosión”: las mujeres abandonan o desaceleran su carrera profesional para priorizar su vida personal.

En Telefónica creemos en el poder de la diversidad como impulso para la innovación. Por ello apostamos por promover y motivar para que más mujeres se animen al desarrollo laboral sin resignar absolutamente nada de su vida personal. Trabajamos fuertemente en la eliminación de la brecha salarial, la promoción de políticas de conciliación trabajo–hogar (importante para el desarrollo profesional de las mujeres) y procesos de selección inclusivos. También incentivamos, a través de diversos programas, que mujeres y niñas vean como una opción las carreras STEM.

La inclusión y la diversidad son dos atributos que la compañía defiende y estimula constantemente, soy fruto de ello. En mi carrera dentro de Telefónica, donde me desempeño desde 1991, nunca he sentido que el ser mujer haya sido un limitante; siempre me han valorado y me he desarrollado en base al esfuerzo, profesionalismo, compromiso y dedicación. Inicié mi carrera en Argentina, luego me trasladé a Alemania, más tarde a Brasil y hoy viajo por todo Hispanoamérica ya que tengo responsabilidad regional. Esta fascinante aventura corporativa no me impidió formar y consolidar mi vida personal y familiar, ya que lo he realizado junto a mi marido y a mis hijos, que han nacido y crecido durante este recorrido.

Ser mujer u hombre no pude ser limitante de nada. Al contrario, al trabajar de manera conjunta y potenciándonos entre todos se logran resultados maravillosos y superadores, porque la inclusión y la diversidad nos fortalecen.

Para que las oportunidades para las mujeres existan debemos trabajar conscientemente para romper los “techos de cristal”. No podemos lanzar los dados y esperar a que las cosas ocurran por sí solas. Aquí, no hay atajos. Todos debemos remar para alcanzar el mismo rumbo.

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