“Alianza con hombres y niños para transformar las normas sociales y de género para acabar con la mutilación genital femenina”, es el tema que este 2023 tanto el Fondo de Población de la ONU, la agencia de la Organización para la salud sexual y reproductiva, y UNICEF han elegido para impulsar la eliminación de esta práctica – reconocida internacionalmente como una violación a los derechos humanos de las mujeres y niñas.
Durante el Día Internacional de Tolerancia Cero para la Mutilación Genital Femenina (MGF), que se conmemora cada 6 de febrero, Naciones Unidas realizó un llamado a acabar completamente con la MGF, que para este año amenaza a más de 4 millones de niñas en el mundo, tal como asegura el Secretario General de la ONU, António Guterres. Asimismo, desde el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) señalan que, hasta la fecha, más de 200 millones de niñas y mujeres a nivel mundial han sido víctimas de algún tipo de mutilación genital femenina.
Desde el año 2008, el UNFPA junto a UNICEF lideran el “Programa Conjunto” para acelerar la eliminación de la mutilación genital femenina, y a través del trabajo colaborativo con gobiernos y diversas organizaciones comunitarias locales, intervienen en 17 países de África y Medio Oriente para llevar a cabo el programa, el cual integra servicios de protección y un marco jurídico tanto para prevenir como para realizar detenciones en caso de que se intente realizar una mutilación genital femenina. Según las cifras de UNFPA del año 2021, gracias al programa con sus mecanismos de vigilancia, se evitó que más de 500.000 niñas fueron sometidas a este acto violento.
En UNFPA también aseguran que, con la aplicación del Programa Conjunto, más de 45 millones de personas de 34.659 comunidades han realizado declaraciones públicas sobre el abandono de la mutilación genital femenina. Sin embargo, pese a estos avances que demuestran un compromiso mundial por parte de las organizaciones adheridas, millones de niñas y mujeres provenientes principalmente de África subsahariana y los Estados árabes, así como de algunos países de Asia, Europa del Este y América Latina, – que es donde se practica la ablación genital femenina según registros del UNFPA – siguen en permanente riesgo.
Son muchas las consecuencias físicas, como obstrucción vaginal, dificultad para orinar, desórdenes del ciclo menstrual y riesgo de sufrir infecciones urinarias, así como una serie de secuelas psicológicas las que genera la MGF, desde ansiedad, pánico y depresión, dejando “una marca psicológica duradera”, sostiene UNICEF.
“La mutilación genital femenina tiene su origen en las mismas desigualdades de género y complejas normas sociales que limitan la participación y el liderazgo de las mujeres y que restringen su acceso a la educación y al empleo. Esta discriminación perjudica a toda la sociedad en su conjunto, y urge que todos trabajemos para ponerle fin”, señaló el Secretario General de Naciones Unidas.
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