En el mes de la mujer, seleccionamos a tres autoras fundamentales para entender las raíces del movimiento feminista en Chile.
Mercedes Valdivieso
Mercedes Valdivieso centró su obra literaria en la temática de la mujer y su papel en la sociedad chilena de la época. Nacida en Santiago, se caracterizó, desde pequeña, por su espíritu vanguardista. Sus ideas la posicionaron como una de las precursoras del pensamiento femenino independiente, y adquirió reconocimiento con su proyecto de recuperar la memoria literaria de mujeres y rescatar la voz femenina del olvido. Fiel representante de la Generación Literaria de 1950, se propuso enfrentar su entrada al espacio público con un lenguaje directo, exponiendo sin tapujos los prejuicios y prohibiciones de una época.
“Si preocuparse, haberse interesado en la otra mitad de la especie que no tiene voz es ser feminista, lo soy”, dijo una vez. Su obra La brecha, considerada la obra fundacional del feminismo hispanoamericano, reflejó su total madurez frente a la temática de género. Posteriormente, se entregó por entero al trabajo literario, dedicándose a colaborar en diarios y revistas nacionales e internacionales con artículos sobre diversas autoras chilenas, escritores extranjeros y temáticas feministas. Mercedes Valdivieso falleció el 3 de agosto de 1993, dejando inconclusos tres trabajos: Mujer de dos mundos, A las cinco puntas de una estrella, en coautoría con Enrique Ortúzar Garrido y Mañana de furia.
Marta Brunet
Cuentista y narradora, hija ilustre de Chillán, Marta Brunet fue una intelectual de indiscutible vocación pública, aunque en un principio parecía relegada a la literatura infantil, su talento y convicción pudieron más. Como nadie logró describir el paisaje femenino, con profunda visión y perspectiva. Según los críticos literarios fue pionera en la producción literaria de subjetividades feministas. Después de Gabriela Mistral fue la segunda mujer en obtener el Premio Nacional de Literatura.
A través de su obra que incluye crónicas, columnas y entrevistas, abordó las discusiones feministas desde el sentido común. Tuvo palabras de elogio y defensa para quienes exigieron su derecho a no cumplir el doble rol de esposa y madre, cuando los hijos eran un mandato social. Ella solía decir que su misión era la conquista del espacio público. Fue reconocida como activa defensora de los derechos laborales de la mujer y en 1939, se movilizó para exigir que ” a igual trabajo, igual salario”.
Soledad Fariña
Aunque es mayormente conocida como poeta, Soledad Fariña Vicuña (78) también incursionó con éxito en la prosa. Estudió Ciencias Políticas, Filosofía y Cultura Árabe. Publicó su primer poemario a los 42 años, y aunque muchos cuestionaron que se demorara tanto, ella afirmó que “no quería hacer lo mismo que otros. De a poco comienzas a fijarte en escrituras que admiras, pero son imperfectas y sirven como punto de partida. Yo quería otra cosa”.
Con su segundo libro, Albricia (1988), Soledad Fariña inscribió su nombre en un indómito y selecto grupo de mujeres, aquel que en plena década de los 80 se atrevió a reivindicar, a través de su escritura, la sexualidad femenina y todas las libertades que de ahí se desprenden. Fariña además fue una de las 54 mujeres de distintas edades (escritoras, editoras, ilustradoras, diseñadoras), que se reunieron para formar un colectivo feminista que busca visibilizar y difundir la producción literaria de mujeres en el contexto de desigualdad que también es propio en ese ambiente.
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