Si bien las vacaciones son sinónimo de diversión y relajo para los niños, dos expertas han cambiado el foco y entregan una serie de recomendaciones para que tanto padres como madres también puedan tener unas vacaciones descansadas.
Para este último mes de verano, la psicóloga Yasna Amaro y la pediatra Cristina Caamaño de Dreamoms, un espacio digital para apoyar a las mujeres que son madres, entregan algunos consejos para las familias veraneantes, pensando en que las vacaciones sean una experiencia entretenida y segura para los niños, así como descansada para los adultos.
El primer consejo que entrega la psicóloga Amaro es que tanto padres como madres deben comprender que las vacaciones son un tiempo de flexibilizar, esto contribuirá a un ambiente relajado y evitar situaciones de estrés: “Las vacaciones, son una instancia de relajo necesario para recargar energías. Salir de lo cotidiano, descansar de la rutina laboral, también de las rutinas del hogar. Para esto es importante entender que ciertas ‘normas’ habituales con nuestros hijos pueden sufrir alteraciones: la hora de ir a dormir, tiempo frente a una pantalla, tipos de comida, entre otros, sufrirán modificaciones y está bien, no pasa nada. Aprender a flexibilizar es fundamental para no terminar estresados”, señala.
Los panoramas dentro de las vacaciones son necesarios para mantener entretenidos a los niños y niñas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que salir con bebés o infantes menores de 3 años puede provocar cambios, atrasarnos o bien declinar por el tiempo o temperatura del día. Si se opta por salidas guiadas, por ejemplo, es recomendable escoger horarios donde no sea muy temprano o de noche, ya que los niños podrían salirse de su rutina y así afectar el estado de ánimo de los padres.
Existen situaciones en las que los padres o madres podrían enfrentarse a “berrinches” que muchas veces son incómodos tanto para la familia como para las personas que los rodean. ¿Cómo enfrentar estos momento?: “Las desregulaciones emocionales, o mal llamadas pataletas, son una respuesta de un niño frente a algún estímulo que le provoca cierta incomodidad emocional y que no puede expresar de manera adecuada. Si éstas aparecen es importante revisar qué puede estar pasando en el entorno en esta nueva realidad del niño, sobre todo si estamos visitando familiares, o lugares desconocidos, lejanos de casa, y modificando rutinas”, explica Amaro.
La psicóloga señala que la salud física también sería oportuna tener en cuenta a la hora de salir de vacaciones con bebés o niños. En época estival, las altas temperaturas, los viajes y el mayor tiempo al aire libre, generan enfermedades características. Las enfermedades gastrointestinales son por lejos las más frecuentes, provocadas por agentes infecciosos que proliferan con el calor. Así como también aparecen infecciones al oído, conjuntivitis, quemaduras solares y alergias.
La doctora Cristina Caamaño recomienda que cercano al lugar donde se vacacione, haya acceso a salud (urgencias, hospitales, centro de salud) y llevar un botiquín básico para niños. “Tener un botiquín al viajar con niños es fundamental. Se debe considerar: termómetro, antipiréticos según edad y prescripción, probióticos en caso de diarrea, antiséptico para heridas, fotoprotector y antialérgico en caso de picaduras de insecto”, puntualiza la especialista.
¿Cuándo es recomendable acudir a algún centro de salud en vacaciones? La doctora explica que “se debe estar atento y acudir a algún centro cuando exista fiebre persistente, rechazo alimentario, decaimiento excesivo o dificultad respiratoria. El estado general manda en los niños, por lo que ver un niño que no juega, no ingiere líquidos y se ve muy somnoliento, son algunas de las razones para acudir a la urgencia más cercana”, enfatiza Caamaño.
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