Desde niña se sintió discriminada por ser indígena y mujer. Hoy es antropóloga, máster en Ciencias Sociales, y diplomada en Estudios de Género y Feminismo, y critica a quienes piensan que, sin el feminismo colonial, “las mujeres indígenas no seríamos nada”.
“Yo estudié para ser secretaria, y cuando me gradué, fui a buscar trabajo a un banco. Allí se rieron de mí y me dijeron que no estaban buscando una sirvienta. Esa experiencia marcó mi existencia”, contó a Deutsche Welle (DW) Aura Cumes Simón, mujer maya que nació y creció en Chimaltenango, en la región central de Guatemala y hoy escritora, académica, antropóloga, máster en Ciencias Sociales, y diplomada en Estudios de Género y Feminismo.
Desde niña, contó al canal alemán, vivió confrontada con un terrible racismo y con la dominación sobre las mujeres. “Es una situación que me atraviesa desde que nací, en un contexto racista colonial de tremendo machismo patriarcal”, explicó esta feminista indígena que ha puesto especial atención en la dominación europea hacia los pueblos originarios.
“En los países latinoamericanos el patriarcado no se puede entender sin el colonialismo. Tampoco el colonialismo sin el patriarcado”, dijo y agregó que el sistema colonial y patriarcal deja a las mujeres indígenas de toda Latinoamérica en un mismo lugar: “en el de la servidumbre”.
En otras entrevistas, Aura ha dicho que son los pueblos los que tienen que generar “sus propias formas de pensamiento y de lucha”. Se trata de que sean las mujeres indígenas las que hablen por ellas, por sus necesidades, por sus prioridades, según su existencia y su cosmovisión.
“Las mujeres indígenas están involucradas en las múltiples expresiones de los feminismos, pero principalmente aquellos feminismos que no sólo se dedican a analizar el patriarcado como si fuera un patrón de dominación que no se conecta con nada más”, ha dicho.
Muchas integrantes de los pueblos originarios, ha explicado más de una vez, tienen una relación de recelo con “feminismo occidental, blanco y eurocéntrico”. Y en DW explicó por qué en primera persona: “Tengo fuertes críticas a ese feminismo que no se quiere dar cuenta de que expande formas de colonialismo, que piensa que, sin ese feminismo, las mujeres indígenas no seríamos nada”.
Según ella, existen muchos prejuicios hacia el feminismo indígena: “La expresión más absurda del pensamiento colonial patriarcal, es la idea de que los hombres indígenas son más capaces de ser machistas que los hombres blancos. Es el prejuicio colonial lo que ha expandido esa creencia (…) Un hombre indígena y un hombre blanco tienen la misma probabilidad de un ejercicio patriarcal”, explicó.
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