Aunque es un reconocimiento a su talento, también es un signo de los nuevos tiempos que refleja los intentos por avanzar en la equidad de género en la meca del cine. Para la directora neozelandesa Jane Campion, quien acaba de hacer historia en la industria, tras convertirse en la primera mujer en ser nominada dos veces en la categoría de mejor dirección de los Premios Oscar. En 1994, su cinta La lección de piano se conviritó en el suceso de la temporada, tal y como ocurre hoy con su éxito de Netflix El poder del perro.
Su hazaña toma más importancia al ver que hasta 2020, sólo cinco mujeres habían conseguido un lugar en esa categoría, ella incluida, y que de las 276 cintas estrenadas en 2021 que Hollywood aceptó para que compitan por un Óscar, sólo el 27% de ellas tenía a una mujer en la dirección.
“Es genial que las mujeres estén quitando ese techo de cristal del camino. Realmente siento que las cosas están cambiando. Llevo mucho tiempo en la industria y hoy es muy diferente de lo que era cuando empecé. Las valientes mujeres del #MeToo, que comenzaron todo con sus revelaciones sobre el abuso sistémico dentro de la industria han despertado a todos y comprometido a personas, hombres y mujeres a querer igualdad. Todavía no estamos allí, pero diría que es el fin del apartheid para la industria en lo que respecta al género”, dijo Campion a Variety después de su nominación.
Nacida en Nueva Zelanda hace 68 años fruto del matrimonio entre dos artistas (es hija de la actriz y escritora Edith Campion), la directora probó estudiando Antropología en su país natal, pero luego se dio cuenta de que su interés estaba más relacionado al arte: hizo sus maletas y aterrizó en la Chelsea School of Art. Pero las esculturas y artes plásticas tampoco la motivaban demasiado, por lo que empuñó una cámara para filmar un corto llamado Tissue y todo cambió para siempre. “Antes de eso tenía mucha energía, pero estaba perdida y no sabía cómo expresarla. Cuando encontré el desafío de filmar algo interesante, fue como si me hubiera encontrado a mí misma”, dijo.
Comenzaron a llegar los festivales, los reconocimientos y su nombre se instaló en la élite del cine. Pero fue ahí donde se dio un baño de realidad sobre el machismo en la industria. En la celebración del Festival de Cannes, se percató de que era la única mujer que había ganado una Palma de Oro. “Cuando vi las fotos de esa noche, inmediatamente pensé: ‘Esto está mal, muy mal’. Y, sin embargo, seguían diciendo cosas como: ‘¿Qué podemos hacer, si las mujeres no están haciendo buenas películas?’. También decían que simplemente no podían incluir películas sólo por estar hechas por mujeres. Eran las mismas viejas cosas egoístas de todos los muchachos”.
Su última película El poder del perro, que ya se puede ver en Netflix, lidera con 12 nominaciones esta 94° edición de los Óscar, está basada en la novela del mismo nombre, de 1967, y repasa la vida de dos hermanos acaudalados de Montana que comparten un rancho. Cuando uno de los hermanos se casa con una viuda del pueblo, el otro comienza una carrera para desprestigiar a su nueva cuñada y a su hijo, el sensible Peter.
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