“Queremos dejar de hablar de la minería como una industria masculinizada, promoviendo un sector cada día más diverso e inclusivo, con una visión de desarrollo social y sostenible”, sostiene la psicóloga organizacional Verónica Fincheira, actual gerenta del Consejo de Competencias Mineras, que en alianza con el Programa Eleva (CCM-Eleva) busca adecuar la formación de técnicos y profesionales a la demanda laboral del sector minero.
Con más de 15 años de experiencia en Gestión y Dirección de Personas, principalmente en las industrias de minería y retail, Verónica Fincheira ha visto en primera persona el aumento de la participación de mujeres en el sector minero. En 2014, indica la especialista, la participación era sólo del 7,5%, mientras que en 2021 y 2022, el ingreso de mujeres alcanzó el 14,3% y el 15% respectivamente.
Estas cifras, señala Fincheira, son alentadoras y demuestran los esfuerzos que tanto las empresas, proveedores, el Estado, los gremios y liceos realizan para seguir impulsando el ingreso femenino a áreas STEM. “Sin duda que hemos avanzado, pero hay que considerar que aún nos queda mucho camino para alcanzar niveles de participación significativos en los cargos de toma de decisiones, y a lo largo de los distintos cargos de la cadena de valor productiva.”
Respecto a los factores que han incidido en el ingreso de mujeres, el trabajo ejecutado por la Mesa Nacional Mujer y Minería, que agrupa esfuerzos del sector público y privado, junto a las acciones que están realizando las empresas mineras, y la alianza CCM-Eleva, tienen un papel central. La Política Minera 2050 y la Mesa de Mujer y Minería, afirma Fincheira, se comprometieron a incluir un 20% de participación de mujeres en la industria y un 25% participación de mujeres en cargos directivos al 2030. “Si sostenemos el actual ritmo de crecimiento, creemos que sí es posible alcanzar las metas actuales, considerando una intervención constante, consensuada y dirigida que capte el interés de las niñas y adolescentes, pues son ellas, que hoy están estudiando entre sexto básico y segundo medio, quienes serán la fuerza laboral minera al año 2030, cubriendo los puestos de trabajo que se necesitarán para esa época.”
Desde CCM-Eleva los objetivos están centrados en seguir promoviendo una mayor participación de mujeres en las áreas más demandadas en minería, como el mantenimiento mecánico, mantenimiento eléctrico y la operación de equipos móviles y fijos, que “corresponden a los 4 cargos más requeridos al año 2030, según el octavo Estudio de Fuerza Laboral de la Gran Minería Chilena”, indica Fincheira. Por otra parte, desde las iniciativas públicas y privadas se están potenciando las habilidades digitales, el fomento de la innovación, la mirada de género y la anticipación del cambio climático, detalla la especialista, para aportar en el desarrollo laboral de los y las jóvenes mineras del futuro.
Si bien las cifras de la participación de mujeres en minería demuestran un aumento que se viene dando en los últimos 8 años, la apuesta de las organizaciones a nivel público y empresarial es continuar en ese crecimiento. “Cuando las industrias poseen una participación equilibrada de hombres y mujeres, o cuando las empresas masculinizadas incluyen a las mujeres, esto nos permite tener industrias más innovadoras, más inclusivas, más abiertas al diálogo social, con mayor corresponsabilidad, y sin duda, industrias más atractivas para el total de la población y con una mirada más integral e integradora hacia todos, de acuerdo a las actuales dinámicas a nivel país”, concluye Fincheira.
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