Conoció el milenario juego de tablero como una actividad lúdica que compartía con su núcleo familiar. Un día cualquiera, cuando en el salón de clases del colegio preguntaron quién sabía jugar ajedrez, levantó la mano sin siquiera imaginar lo que vendría después. A los 14 años ya era campeona nacional juvenil y hoy, a sus 33, es la número uno de Chile.
“Soy una agradecida del ajedrez y estoy muy contenta de haberlo conocido y tenerlo en mi vida hasta el día de hoy”, señala Damaris Abarca desde Cuba, donde está participando en el actual Campeonato Continental de la disciplina. Luego de tres años retirada de las competencias, hoy retoma para seguir marcando puntos y se prepara para las Olimpiadas de Budapest 2024.
Actual integrante de la plataforma Women4sports, la rancagüina Damaris Abarca aprendió ajedrez con sus padres. Pese a que inicialmente veía la actividad como un juego que disfrutaba con su familia, fue un campeonato escolar el que la llevó, a los 13 años, a convertirse en una de las mejores jugadoras de su generación, pasando a ser campeona chilena juvenil en las categorías Sub-14, Sub-16 y Sub-18.
Hasta la fecha, ha participado en cinco Olimpiadas Mundiales de ajedrez consecutivas, coronándose como campeona de su país. Actualmente es presidenta de la Asociación de Mujeres Ajedrecistas Chilenas y el año 2018 se convirtió en la primera presidenta mujer de la Federación de Ajedrez de Chile. Sobre este último cargo, la ajedrecista señala, “es como una sensación de alegría y nostalgia, de sentirse orgullosa de haber marcado un precedente, pero al estar ya en el 2023 tú esperas que las cosas sean un tanto distintas”.
Lo anterior se resume en la carga masculina que ha tenido la disciplina desde sus comienzos, y que Damaris, tanto como jugadora y desde un papel más activista intenta cambiar para ir rompiendo las barreras que se explican con una data bien específica: “De cada 100 personas que juegan ajedrez, sólo 7 u 8 son mujeres, y eso pasa a nivel mundial como en Chile. Esto hace que falten ejemplos a seguir, y el ambiente del ajedrez todavía se mantiene muy masculinizado, con existencia de frases como, ‘tú juegas como niño porque lo haces bien’. Y no, las personas lo hacen bien independiente de su género. Creo que todavía hay una cultura que tenemos que cambiar”, explica la ajedrecista.
Promover el apoyo financiero a nivel federativo, así como el desarrollo de más campamentos de entrenamiento para mujeres jugadoras, son dos deudas pendientes en Chile que Damaris distingue en concreto. Sin embargo, a pesar de las brechas existentes, la jugadora también ve avances positivos en los últimos años: “Desde el año 2017 al 2020 ha aumentado en un 400% la cantidad de mujeres inscritas a nivel federativo. Hay hartas niñas que están jugando, que se están acercando, ya no es que el ajedrez es un deporte para niños, eso ha ido cambiando”.
Actualmente, además del Campeonato Continental que está disputando en La Habana y Santa Clara (Cuba), la ajedrecista ya está clasificada para las Olimpiadas que se celebrarán el 2024 en Budapest, Hungría. Mientras se dedica a entrenar, otra de sus metas es seguir fomentando la práctica del ajedrez a nivel nacional desde las infancias en adelante.
“Más allá de que sigo compitiendo y que estoy enfocada en eso, me interesa ser un aporte en la masificación de este deporte. Quiero que más niños y niñas en Chile puedan jugar ajedrez, y en eso estoy”, señala Damaris.
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