La hija de los reyes Guillermo y Máxima de Holanda, Catalina Amalia de Orange, encabeza la lista de los integrantes de la monarquía con más bullying a cuestas. A las constantes críticas por su contextura física peso y desempeño estudiantil, se sumaron, en las últimas semanas, cuestionamientos a cómo su orientación sexual podría determinar el futuro de la monarquía en los Países Bajos. Para zanjar el tema, el gobierno holandés advirtió que “los herederos también pueden casarse con una persona del mismo sexo”.
Todo partió con un libro que debía servir de homenaje a sus 18 años de existencia. Pero, la publicación con que la periodista Claudia de Breij buscaba acercar a la joven a sus “súbditos”, terminó opacada por la biografía no autorizada del abogado Peter Rehwinkel, quien denunció que la joven se siente atrapada en los estrictos protocolos reales, los que le impiden vivir plenamente su amor con otra mujer.
Estas revelaciones provocaron una tormenta, justo en momentos en que los abolicionistas y sus ataques a las millonarias cifras que el Estado destina para la mantención de la familia real, crecen entre la ciudadanía. En este escenario, la tímida figura de Catalina Amalia sirvió para que las autoridades de los Países Bajos posicionaran su dinastía a la vanguardia de las monarquías del mundo, abriendo un debate inédito.
Hace más de 20 años que el matrimonio igualitario es legal en este rincón del viejo continente, pero la ley no incluía a los miembros de la Casa Orange y la verdad es que hasta ahora, el asunto parecía no importarle a nadie. Sin embargo, tras las publicaciones, el diario De Telegraaf informó que los parlamentarios de los Países Bajos pidieron una sesión especial con el Primer Ministro, Mark Rutte, para abordar el tema y la respuesta fue concluyente. “El Gobierno cree que los herederos también pueden casarse con una persona del mismo sexo y no ve un obstáculo legal alguno. No consideramos que un rey o reina deba abdicar en ese caso”, aseveró, la máxima autoridad local, al abrir los fuegos de una controversia que, según medios especializados, remeció al resto de las casas reales.
A juicio del gobierno de Rutte, la sucesión al trono sólo exige claridad absoluta con respecto a la concepción de los hijos del matrimonio, pero “aún no es apropiado anticiparse a los hechos. Lo que corresponde es analizar las circunstancias en el momento que ocurren, dado que la legislación respecto a la familia, puede cambiar con el tiempo. Lo importante es que se generen todos los acuerdos necesarios entre los distintos poderes del Estado, de manera de evitar cualquier tensión que pudiera generarse”.
Por ahora, Catalina Amalia se niega abrir la puerta de su vida privada y está centrada en “aprovechar al máximo” un año sabático que ha sido ampliamente cuestionado por el pueblo holandés.
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