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Amanda Labarca, un legado en la lucha por la igualdad

Por Matilde García

A 49 años de su muerte, la obra política e intelectual de esta destacada docente y activista la convierten al día de hoy en una de las mujeres más influyentes para la historia del feminismo en Chile del siglo XX.

A una cuadra de La Moneda, entre las calles Teatinos y Amunátegui, la calle Amanda Labarca hace homenaje a una de las activistas feministas y educadoras más relevantes del país. Nacida y criada en Santiago de Chile, Labarca comenzó sus estudios superiores en la Universidad de Chile, donde a sus cortos 18 años obtiene el título de profesora del Estado en Castellano.

Sin embargo, los viajes que haría fuera del país en la Universidad de Columbia en Estados Unidos y la Universidad La Sorbonne en Francia, la llevaron a adoptar un interés particular por la causa feminista. Así, en 1914 publica uno de sus primeros textos titulado “Actividades femeninas en Estados Unidos”, donde explora la necesidad de que las mujeres chilenas accedan a una educación completa y se inserten dentro del mundo político.

“Que nos brinden a todos justicia, libertad, democracia y bienestar y que permitan a la mujer laborar de igual a igual que el hombre en el logro de estas ansiadas y queridas esperanzas”, es una de sus frases célebres. La participación de la mujer dentro de la sociedad, su derecho al voto, el divorico y la ampliación del trabajo femenino fueron algunas de las grandes causas por la que luchó Labarca durante su vida.

Aparte de dedicarse a la docencia como directora del Liceo 5 de niñas, Labarca logró algo que ninguna otra mujer había logrado en el país: tener una Cátedra en la Universidad de Chile. En 1922, fue nombrada profesora extraordinaria de Sicología de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Educación de la Universidad de Chile.

Fue militante del Partido Radical, donde impulsó la organización de las mujeres y la defensa de sus derechos civiles a través de la Asamblea Radical de Mujer. Además fundó y formó parte del Consejo Nacional de Mujeres y fue impulsora de diversos espacios que permitieron la participación de mujeres en la sociedad, como “El Círculo de lectura”, una iniciativa de la revista Familia que alentó a las mujeres de la época a leer y debatir acerca de textos seleccionados.

Labarca es autora de más de 15 obras cuyas temáticas principales fueron la educación y el feminismo en Chile. Adelantada a la época, su libro de ensayos “¿A dónde va la mujer?” publicado en 1934, presenta una provocadora pregunta ante lo que le depara a la mujer chilena en un contexto de desigualdad de derechos y oportunidades, cuestionando así el rol de la política y la configuración del poder.

“Cuentan de Napoleón que una vez, en un rapto de los que tenía muy frecuentes en contra de la emancipación femenina, apostrofó a madame de Condorset, diciéndole: ‘Detesto que las mujeres se mezclen en política’. A lo que ella, ingeniosamente, le repuso: ‘¡En un país en donde se les corta la cabeza es natural que quieran saber por qué!’. En un país donde se nos grava con tantos impuestos, es natural que tratemos de saber por qué…”. Estos ensayos reflexivos son cruciales a la hora de comprender la visión vanguardista que presenta Amanda Labarca y su influencia en los cambios que vendrían a futuro respecto a la posición de la mujer en la sociedad. No es coincidencia que unos años después, en 1949, se haya oficializado el derecho al sufragio para las mujeres en Chile.

Labarca llegó a sus 88 años luchando por estas mismas causas, y pudiendo ver los frutos de años de activismo junto a miles de mujeres que la acompañaron en sus ideales. A 49 años de fallecimiento, su legado sigue presente hasta el día de hoy tanto en el ámbito educacional como activista y es, para muchas, una mujer que merece reconocimiento.

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