Dentro de la industria del cine, dominada históricamente por directores hombres, está emergiendo con fuerza la contra respuesta a esta perspectiva narrativa: la mirada femenina (female gaze), que significa que son las mujeres, quienes tanto como directoras, productoras, guionistas y actrices, construyen historias desde su propio punto de vista, independiente de que la trama toque un tema relativo a las mujeres, o no.