En Irán se cumplió más de una semana de protestas luego de la muerte de Mahsa Amini, una joven de 22 años que fue detenida presuntamente por no llevar bien puesto su hiyab (velo), falleciendo posteriormente en la cárcel.
Si bien las autoridades sostienen que la joven falleció producto de un infarto generado por complicaciones de salud ajenas a su arresto, testigos presenciales de su detención en Teherán, así como su familia y diversos manifestantes a lo largo del país creen que la joven fue golpeada y torturada a manos de la fuerza policial.
¿Qué reflejan esta última serie de protestas?
Las manifestaciones han generado la muerte de más de 30 personas, y las movilizaciones generadas por la muerte de la joven se suman al descontento por la compleja situación económica y social del país, afectado por crecientes niveles de pobreza y las faltas de libertades para la población, especialmente para las mujeres tras la Revolución iraní en 1972, cuando se estableció el uso obligatorio del velo islámico.
Como gesto de protesta frente a la muerte de Mahsa Amini, miles de mujeres comenzaron a cortarse el pelo y a quitarse sus hiyab en público, lo cual, según han señalado los medios locales y los organismos internacionales, refleja un pronunciamiento colectivo contra el régimen iraní.
Entre los debates que sucedieron a las protestas iniciadas en Teherán, y previamente a éstas, ya se venía discutiendo que el uso de hiyab o velo para las mujeres debería ser simplemente una decisión personal, ya que siempre ha sido una prenda representativa de su cultura, creencias y valores.
“Mujer, vida, libertad”, es el lema principal lema de las manifestantes en Irán, quienes siguen protestando por sus derechos, por Mahsa Amini y también por la joven Hadis Nafaji, quien se hizo conocida por quitarse el velo y recogerse el cabello durante las recientes protestas de Irán y que el día de ayer falleció tras recibir seis disparos por parte de las fuerzas policiales iraníes.
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