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El año de Mahani Teave

Con el éxito de su primer disco y la nominación a los Premios Emmy por el documental “Songs of Rapa Nui”, la pianista deslumbra al mundo.

En marzo, Mahani Teave (38) se convirtió en la primera chilena en llegar al número uno del ranking Billboard y al poco tiempo, el documental de John Forsen sobre su rol como artista, embajadora cultural y maestra fue nominado a los Emmy. De ahí en adelante, la ovación de la crítica y el interés por conocer su historia, se multiplicó en los medios de comunicación más influyentes del mundo. 

En el año de su consagración mundial, la artista dialogó con Woman Times en su Escuela de Música y las Artes Rapa Nui, donde existe la sensación de estar en otra dimensión. Una donde los sonidos del piano se mezclan con los del violonchelo y la mirada se pierde en el azul del mar, en tanto que los niños se mueven entre los instrumentos musicales.

“Ser mujer es difícil, hay mucha desigualdad, pero en la música es distinto. Ahí, da lo mismo el género, la raza, la situación económica; lo único que importa es cómo tocas y esto da esperanzas. A través de la música estamos aboliendo todas esas diferencias que lo único que hacen es dañarnos como seres humanos, tenemos que terminar con todas las diferencias. Creo que si nos enfocamos en la educación vamos a poder eliminar todas estas barreras que existen sólo por ser mujer”, sentencia.

“La música cambia la vida de los niños, no importa sin van a ser músicos profesionales, eso es un detalle. Un niño que está con un instrumento en la mano no está en la calle drogándose, es alguien que trabaja la constancia, perseverancia y la autoestima.” Con este pensamiento Mahani Teave, rememora los inicios de la ONG Toki que dio vida a la Escuela de la Música y las Artes Rapa Nui en 2011.

“Las primeras clases comenzaron al año siguiente en lugares que temporalmente conseguíamos, como el Centro Juvenil de la Iglesia Católica, el Liceo Lorenzo Baeza Vega, el Museo Padre Sebastián Englert o las casas de los profesores”, cuenta. El 2014, con el aporte de varias empresas privadas, comenzó a levantarse el centro que hoy alberga a niños y jóvenes. La construcción, diseñada por el padre de la arquitectura sustentable Michael Reynolds, contó con la participación de 400 voluntarios de todo el mundo que trabajaron junto al pueblo Rapa Nui por cerca de dos años. “Esto fue hecho a mucho pulso, sudor y cariño”, dice, y las ráfagas de sol inundan el salón.

TALENTO Y MÍSTICA. La música siempre ha sido un pilar en su vida. Desde pequeña, no sólo destacó por su sentido musical sino también por la rapidez con la que aprendió a tocar el piano, gracias a las lecciones de una artista alemana que llegó a la isla. Todavía era una niña cuando su talento sorprendió al maestro Roberto Bravo, quien le propuso viajar a Valdivia para estudiar en el Conservatorio de Música de la Universidad Austral. Así fue como a los 10 años, la artista y su madre se trasladaron a la ciudad universitaria. Más adelante, vendría el perfeccionamiento en el prestigioso Cleveland Institute of Music de Estados Unidos y la Academia de Música Hanns Eisler de Berlín, desde donde saltó a los escenarios más importantes de la música docta.

–¿Volver a la Isla y comenzar a dar clases en Toki, significó renunciar a la vida de concertista?

Nunca lo ví como una decisión, creo que es posible salir a dar conciertos y estar acá porque donde tenga un piano puedo preparar mis programas. Da lo mismo si vivo en Europa o en la isla, el tema es que aquí hay una calidad de vida muy buena y mi corazón está feliz, pero la idea no es renunciar a ser concertista. Lo que sucedió es que tuve que dejarlo un poco de lado, principalmente por la demanda de tiempo y la energía que significa mantener una organización. Yo quería darle a los niños este espacio para poder desarrollarse, así que cuando la oportunidad surgió fue una bendición de Dios. Esto es mucho más que un semillero de músicos, es un semillero de personas con valores potentes cultivados a través de las artes y la música.

Sin embargo, no todo es felicidad en el centro de la ONG Toki. Hoy, una de las grandes preocupaciones es la mantención de los 13 pianos que producto de la pandemia y el cierre de la frontera aérea de la Isla, no han podido ser revisados por un especialista en los últimos dos años. “Dentro del marco del mes del patrimonio que celebramos en junio, fuimos a dar un concierto en el Centro Katipare y nos encontramos con que el piano que es maravilloso, tenía problemas técnicos. Se le pegaban teclas y tres notas que no sonaban, además estaba totalmente desafinado y eso tiene que ver con la falta de revisión. Además, el piano en el que imparto las clases también presenta serias dificultades”.

La preocupación se disipa en la mirada de la pianista cuando habla de su debut discográfico y lo que significa para el futuro de la escuela. “La idea de grabar surgió después de un concierto que dimos para un crucero que vino a la isla. Los organizadores querían entregar una experiencia distinta a sus pasajeros, entre los cuales había un amante de la música clásica, quien me preguntó si tenía algún disco. Le dije que sólo tenía una compilación de obras, pero nada profesional. A los pocos meses, recibí un mensaje de él, en el que decía que quería que el mundo conociera mi trabajo y me ofrecía financiar la producción de un disco”, afirma. La persona era nada menos que el reconocido coleccionista de violines Cremonesi David Fulton del sello Rubicon Classics.

–¿Nunca te había llamado la atención entrar a un estudio de grabación?

No, porque lo que yo entrego lo hago en el momento del concierto. Hay una química que se da con el público y me daba un poco de susto hacer un CD clásico, porque todo tiende a ser tan perfecto. Además, hay más de 500 versiones de lo mismo, entonces yo decía para qué otra versión, pero al fin accedí porque todo lo recaudado por el CD irá en ayuda del financiamiento de la escuela.

–¿Cómo elegiste el repertorio?

Son obras que me acompañaron durante mucho tiempo, algunas estuvieron en mis tiempos de estudio en Cleveland, otras las aprendí estando en Berlín. De alguna manera, eran como grandes amigos que siento muy cerca, me emocionan todas las frases y las notas. Hay un sentido musical muy profundo y el espectro de compositores es súper amplio. De hecho, la gente del ámbito clásico me dice “tantos estilos” porque hay música barroca de Handel, romántica de Chopin, composiciones más contemporáneas y un canto ancestral Rapa Nui que se llama I He a Hotumatu’a. Hoy, los músicos graban un CD de un mismo compositor y lo que yo quería entregar era un recital.

ÉXITOS Desde su creación hasta la publicación, el camino “Rapa Nui Odyssey” estuvo marcado por el regocijo de la artista. “Originalmente habían reservado tres días el estudio de grabación Benaroya Hall en Seattle, pero apenas llegué dije voy a dar lo mejor que puedo hacer y lo hicimos en dos días. Trabajamos con Dmitriy Lipay, un ingeniero en sonido maravilloso, y la acogida estuvo plagada de mucho cariño. Se podía sentir a cada minuto el aprecio por la música que estábamos haciendo. Fueron momentos muy felices y quizás eso sea lo que percibe la gente al escucharlo. Siento que viví momentos muy significativos de mi vida en ese lugar”, confiesa.

Con el disco, la pianista llegó, en dos oportunidades, al número 1 del famoso ranking mundial Billboard marcando un hito histórico para Rapa Nui y Chile. “Me sorprendió mucho y siento que es un éxito de todas las personas que acompañaron este proceso, pero también de nosotros como Isla, de los jóvenes músicos clásicos, de las etnias, de alguna forma representa tantas cosas, es algo lindo para alegrarse y celebrar. La obra de Rapa Nui siento que es una de las más importantes de nuestra cultura, y me emociona la recepción que ha tenido”.

En forma paralela al disco, se grabó el documental “Song of Rapa Nui” que está postulando a los Emmy en la categoría Documental Histórico Cultural. “A la familia Fulton, le pareció todo tan curioso, la escuela, el camino que ya había tenido como concertista y hacia dónde me había llevado; que al estar acá decidieron hacer un documental. Y lo que lograron fue una producción muy poética con tomas que recorren toda mi vida y el proceso de construcción de la escuela. Hay mucho material y emoción en el relato”, dice, sobre la génesis del film que está disponible en la plataforma Amazon Prime.

Con miras a la redacción de la nueva Constitución, Mahani se muestra esperanzada y dice que tiene mucha confianza en quienes fueron elegidos, en especial en su amiga Tiare Aguilera Hey, representante Rapa Nui en la convención constituyente. “Es importante tener una mirada constructiva que nos permita avanzar hacia una sociedad más igualitaria e inclusiva, donde existan menos diferencias económicas y más oportunidades. Necesitamos promover una mayor conciencia medio ambiental y garantizar el derecho una educación de calidad. Mi sueño sería que los cambios estuvieran enfocados en el bienestar emocional de las personas, buscando favorecer interiormente a los ciudadanos desde una base ética potente, y eso permearlo al ámbito de la educación. Si tú formas niños más amorosos, capaces de empatizar con el dolor ajeno en sociedades con diferencias económicas tan abismantes, cambia todo porque la sociedad empieza a estar espiritualmente bien”.

Actualmente, la escuela realiza una campaña para apadrinar a los 70 alumnos. Los interesados pueden sumarse en www.tokirapanui.org, donde encontrarán otras opciones para colaborar.

+Quieres saber más acerca de Mahani Teave? Te recomendamos darle una mirada al Documental “Songs of Rapa Nui” en Amazon Prime Video. También puedes escuchar “Rapa Nui Odyssey” en Spotify: Mahani Teave.

@mahaniteave

Un comentario

  1. Mary Martínez C. Mary Martínez C. 10 de agosto de 2021

    Mahani. Sigo tu trayectoria, desde que eras una niña y verte ahora, transformada en una grande y talentosa mujer concertista, amante de la música, y entregando tu sapiencia, musical y cultura a los niños de la Isla, es algo que te enaltece aun más.¡¡¡ FELICITACIONES !!!

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