María Teresa Ruiz (Santiago, 1946) nunca pensó en dedicarse a la astronomía, un terreno reservado casi únicamente para los hombres. Su abuela, Teresa Matthews, con quien vivió a partir de los 14 años, fue clave para perseguir sus sueños, diciéndole que ser mujer no podía ser obstáculo para lograr lo que quisiera hacer. Pero una visita al observatorio del Cerro Tololo mientras estudiaba Ingeniería, hizo que se enamorara del cielo, luego de observar la Vía Láctea a través de un telescopio. El flechazo fue inmediato y apenas llegó de vuelta a Santiago, se cambió de carrera a Astronomía en la Universidad de Chile.
Luego de estudiar en el país, viajó a la Universidad de Princeton para convertirse en doctora en Astrofísica. Fue allá donde se dio cuenta de que la ciencia era una rama muy ajena al género femenino. “Era la única mujer que había entrado, no habían entrado otras antes y en el departamento no había ninguna mujer, la única era la bibliotecaria y un par de secretarias. Eso sí, ahora hemos estado bien en este aspecto, hemos ido mejorando y cada vez hay más mujeres en la ciencia”, dijo en entrevista. Tiempo después se casó con el físico Fernando Lund, Premio Nacional de Ciencias en 2001.
Comenzó así una larga carrera observando el cielo en Italia, México y Chile. Así tuvo su primer gran descubrimiento, el “súper planeta” Kelu 1 (rojo en mapudungún) cuyo avistamiento entregó nueva información sobre el origen de las estrellas. Su última obsesión, eso sí, es el sol y tratar de entender las implicancias que tiene para la tierra coexistir con una estrella de esas características. “La ciencia se ha ocupado de estrellas distantes a millones de años luz y de otros cuerpos celestes, pero ha descuidado el sol”, expuso en su libro.
El Sol: conviviendo con una estrella está dedicado a Fernando, su marido y es el libro más reciente de la astrónoma. Se trata de un estudio exhaustivo de nuestra estrella más próxima y que pone a disposición del lector su composición, actividad y los eventuales riesgos que encierra. “Vinimos dentro del sol, es nuestra casa, la Tierra está dentro de la corona solar que ocupa todo nuestro sistema solar. El sol nos da la vida, pero también nos pone en riesgo y merecemos saberlo”, dice.
Ruiz fue la primera mujer en muchos hitos de su carrera: la primera egresada de Astronomía de la Universidad de Chile, la primera en hacer un PhD de Astrofísica en Princeton y también la primera en recibir el Premio Nacional de las Ciencias Exactas, en 1997. Además, fue la primera Presidenta de la Academia Chilena de Ciencias y en 2017, fue galardonada con el premio “Women in Science” otorgado por la Unesco por consolidar a Chile como la ventana más importante para estudiar el universo.
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