Pulsa «Intro» para saltar al contenido

Fernanda Urrejola: “Miro hacia atrás y me siento orgullosa de quién soy”

La chilena más internacional del momento cosecha los frutos de años de trabajo y también de terapia. Plena y con una agenda llena de proyectos, asegura que salir de la zona de confort fue clave para avanzar. “Lo más difícil es haber estado acostumbrada a que todo en Chile siempre fluyera a mi favor”, admite.

Con una madurez que ella asume como producto de un largo camino de terapia y autosuperación, se entusiasma con el relato de sus momentos con grandes del cine o con su nueva faceta de coguionista junto a su pareja, la cineasta Francisca Alegría. “He estado a full en eso y también estoy haciendo el doblaje para otra producción que grabé en Montana, entre septiembre y octubre, con JK Simmons. Algo que me tiene muy emocionada porque además está nominado al Oscar”.

Junto al actor Josh Lucas protagoniza The black demon, un thriller en alta mar que ella asumió como un desafío desgastante. “Aunque muy entretenido. Es la película que acabo de terminar de grabar en República Dominicana. Recuerdo que apenas me llegó el proyecto, lo acepté. Es un filme de acción que, de verdad, te lleva de cero a cien en la emocionalidad. Además, tuvo mucha postproducción. Entonces hay que estar completamente entregada al juego, permanentemente imaginando, un ejercicio muy importante desde el punto de vista actoral… Personalmente, no consumo películas relacionadas con tiburones, pero ésta me pareció interesante porque se inspira en la leyenda de un demonio azteca cobra vida por un problema ecológico en forma de megalodón, es decir, tiene un mensaje ambiental muy interesante. No voy a hacer demasiado spoiler, pero es una familia que termina, ya verán, atrapada en el medio del mar con el peligro inminente de este demonio. Esta vez interpreto a una madre de dos niños y mujer de un hombre que trabaja en una compañía petrolera que es el personaje de Josh Lucas. Mi rol es el de una mamá leona, defendiendo a su familia y sacando las garras”.

El año pasado estuvo más cerca del western e interpretó el rol de Leta Polk en la película Cry Macho, dirigida e interpretada por el mítico Clint Eastwood. Un momento que Fernanda, confiesa, conserva como un tesoro.

–¿Cómo fue la experiencia de trabajar junto a ese gigante de Hollywood?

–Sin duda ha sido un highlight en mi carrera. Recuerdo que logré ese rol después del primer año de la pandemia y justo estaba trabajando para una serie aquí, En Estados Unidos, que se canceló. Fue muy frustrante por un lado y después muy gratificante que el mismo Clint Eastwood me haya escogido para trabajar con él. También es muy bonito ver cómo perso- najes que son una leyenda, sean tan humanos, cariñosos y cer- canos. La importancia que él le da al equipo es algo que voy a guardar para siempre, algo que a mí me gustaría cultivar en el futuro. La mayoría de la gente que trabaja para Eastwood lo hace desde mucho tiempo. Su director de fotografía, por ejemplo, suma 34 años de actividad juntos. Tienen como una familia. Todos me decían que eran capaces de dejar cualquier cosa de lado por volver a trabajar con Clint. Por lo mismo, fue muy gratificante que a él le gustara mi trabajo. Estaba fasci- nado, se lo dijo a todos en el equipo y bromeaba diciendo que él se iba a llevar todos los créditos por la decisión de haberme escogido. Todo me sirvió mucho para volver a tomar confian- za en este trabajo que es tan difícil, Donde muchas veces te enfrentas al rechazo.

–Llevas más de 5 años viviendo en Los Ángeles, con hitos como tu participación en Narcos, ¿Cómo evalúas estos años de trabajo?

–Me siento orgullosa de que en tan corto tiempo ya puedo sentirme tranquila. Evalúo todo como un gran paso en mi carrera y también en mi vida personal. Tuve que salir de la zona de confort y crecer muchísimo como ser humano y profesionalmente. Lo más difícil es haber estado acostumbrada a que todo en Chile siempre fluyera a mi favor. Fui una actriz muy afortunada, entré a trabajar con 19 años y nunca más paré. Jamás tuve un año en el que me preocupara porque estaba sin trabajo como le pasaba a muchos de mis compañeros. Al final, tuve que decir que no a algunas ofertas para poder partir del país. De lo contrario, no lo iba a hacer nunca. No es fácil empezar de cero y llegar a un lugar donde a nadie le importa todos los años de carrera que has tenido. Entonces, cada vez que me enfrento a los castings y a las audiciones, sé que toda esa experiencia va conmigo. Con Narcos que fue mi primer trabajo, se me abrieron más las puertas y todo fue un poquito más sencillo. Porque esta es una industria muy jerárquica y necesitas tener un equipo que trabaje contigo. Un equipo que afortunadamente me sigue acompañando hasta hoy. Lo más reconfortante de todo, sin embargo, es haber dado el paso, arriesgarme y poder ver frutos.

–Hablando de pasos importantes en tu vida, has dicho que está en tus planes casarte con la cineasta Francisca Alegría este año. ¿Cómo van esos preparativos? ¿Será un matrimonio en Chile o Estados Unidos?

–Esa es otra de las cosas por las que me siento profundamente agradecida. Fue muy loco porque anuncié que me casaba en un programa con Martín Cárcamo. Y al día siguiente, o dos días después, el presidente anunció que se aceleraría el proceso para la ley de matrimonio igualitario. Pasé de sentirme una firme activista por lograr hacer cambios significativos en mi país a un estado de felicidad, porque ahora voy a poder casarme en mi país… Así que los preparativos los empezamos a mover más para Chile que para Estados Unidos. Pero todo ha estado entre avances y retrocesos, porque están cam- biando mucho las cosas respecto a nuestras carreras. No hemos podido planear y poner una fecha concreta. Pero el plan está ahí, para este 2022 y esperamos lograrlo.

–En tus entrevistas más íntimas has hablado del espiral de abuso que alguna vez sufriste en tu vida. Ahora más grande, más entera, qué sientes cuando miras atrás y ves tus grandes triunfos dentro y fuera de Chile. En definiti- va, ¿qué parte de ti ahora te enorgullece?

–Sí, ahora que estoy más grande, más adulta, miro hacia atrás y me siento orgullosa de quién soy. En lo que me he transformado y me sigo convirtiendo. Aun así siento que no es posible cambiar nada del pasado. Es imposible y tampoco es necesario. Toda esa parte fuerte y difícil he logrado superarla a través de la madurez, el trabajo, la terapia y, sobre todo, con mucho amor. He logrado transformar todo eso en fortaleza. Creo que sería una persona muy distinta si es que no hubiera tenido que sobrellevar eso. Lamentablemente, es un tema que vive una gran mayoría de mujeres, como también hombres y muchos niños que es lo más aberrante. Pero a las mujeres les sucede hasta adultas. Recién ahora, gracias a una conciencia colectiva, estamos diciendo las cosas por su nombre, estamos dejando de juzgar a las víctimas. A veces siento que todavía la gente no entiende lo difícil que es superar algo que cruza todas las áreas de tu vida. Luego juzgan y dicen ‘por qué no habló inmediatamente’. Y la verdad es que hay muchos pro- cesos internos como para que uno recién pueda verbalizar lo que vivió. La primera vez que yo lo hablé públicamente fue aún con las heridas muy abiertas. Pero lo hice con la concien- cia de que era importante para que otras personas encontraran la fuerza interna para hacer el trabajo de sanación que es tan necesario. Estoy orgullosa de haber trabajado con las sombras de mi vida. Yo era muy niña cuando esto pasó y parte de mi terapia era salir de ese estado de culpa.

–Cuando eres víctima de abuso qué es lo fundamental para lograr rehabilitarse. Dónde hay que poner las energías para la superación y finalmente decir ‘salí adelante’.

–Yo creo que son varias cosas que parten con conectar con el amor propio y observar lo necesario que es salir del lugar de víctima. Es súper delicado, porque cuando yo hablo de tomar responsabilidad, no estoy dándole la culpa a las víctimas ni mucho menos. Pero sí creo que somos seres poderosos y cocreadores de nuestra realidad, que las cosas que nos pasan también tienen que ver con una vibración que sostenemos. Puedo estar equivocada, pero son cosas que se llevan en las familias por muchas generaciones. A veces, sin darte cuenta, te mantienes en una vibración que no te permite salir de ahí y te siguen pasando cosas para reafirmar ese papel de víctima. Lo más relevante es observar eso, pedir ayuda profesional y a la gente cercana, ir sacándose ese rol de víctima y no volver a caer en patrones e inseguridades antiguas. Las mujeres pueden salir adelante.

Por: Alfredo López J

Sé el primero en comentar

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *