La búlgara Kristalina Georgieva es la primera persona en dirigir el Fondo Monetario Internacional que proviene de un país emergente. Con una larga trayectoria en organismos internacionales europeos y defensora de la igualdad de género como también líder en la lucha contra el cambio climático, la economista aseguró hace poco que el impacto de la guerra en Ucrania reducirá la proyección de crecimiento global.
La poderosa entidad que asesora y presta dinero a países en crisis y que cuenta con recursos hasta por US$1 billón, tiene por primera vez como directora a una persona que proviene de un país emergente, en este caso Bulgaria. Georgieva sucedió a Christine Lagarde, la primera mujer en dirigir el FMI, y ha tenido que liderar el organismo en medio de guerras y síntomas de recesión internacional.
Normalmente, Georgieva, de 66 años de edad, habría sido considerada demasiado mayor para el puesto, pero tras la intervención de Francia, el FMI renunció al límite de edad de 65 años para sus directores. La economista búlgara es hija de un ingeniero civil, estudió Economía Política y Sociología y un doctorado en Ciencias Económicas en la Universidad de Economía Nacional y Mundial de Bulgaria, mientras el país vivía bajo la influencia de la entonces Unión Soviética.
Después de graduarse, tuvo su primer contacto con el capitalismo en Reino Unido, como becaria del British Council en la London School of Economics (LSE). Al terminar su pasantía, volvió a la universidad en la que estudió en Bulgaria para trabajar como profesora de Economía. Fue después de la caída de la Unión Soviética que la carrera de Georgieva adquirió proyección internacional.
Desde 1993, ocupó diversos cargos de alto nivel en el Banco Mundial y la Comisión Europea, el órgano que redacta y hace cumplir las leyes de la Unión Europea, y que puede imponer multas a los estados miembros. En estas entidades, Georgieva ha obtenido reconocimiento como promotora de la igualdad de género, defensora de la labor humanitaria y líder en la lucha mundial contra el cambio climático. Como copresidenta de la Comisión Global de Adaptación, trabaja junto con Ban Ki-Moon y Bill Gates para equiparar la cuestión de la adaptación al cambio climático.
Sé el primero en comentar