Diversos estudios indican que el malestar psicológico y las ideas suicidas en los hombres aumentan cuando se ven restringidos por los mandatos tradicionales de la masculinidad, es decir, cuando se ajustan a los valores que conforman la llamada ‘caja de la masculinidad’.
En una sociedad donde la visibilización del sufrimiento femenino se ha vuelto cada vez más relevante, el dolor masculino se ha quedado envuelto en silencio. Así lo han demostrado múltiples investigaciones a lo largo de los años, donde las muertes de hombres por suicidio triplican las de las mujeres.
En España, por ejemplo, 4.116 hombres se quitaron la vida en 2023, lo que representa el 73,9% del total de suicidios. Así lo informó el Instituto Nacional de Estadística en su último reporte, destacando que esta cifra no ha dejado de aumentar desde la década de 1980. Algo similar ocurre en Estados Unidos, donde según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, si bien los hombres constituyen la mitad de la población, representan casi el 80% de todos los suicidios.
Al igual que las mujeres, los hombres sufren, pero lo hacen de la manera en la que se les ha enseñado: sin hablar, sin mostrar, sin pedir. Así lo aseguró el neuropsicólogo Iker Peregrina al diario El País: “Los hombres sí sienten, pero han sido socializados para resolver el dolor de otra manera: con silencio, trabajo, humor, alcohol”. O, en el peor de los casos, con la muerte.
¿A qué responde esta brecha?
Como señala Peregrina, esta problemática está profundamente relacionada con los roles de género, ya que las normas y expectativas sociales transmiten la idea de que los hombres no requieren terapia y que pedir ayuda representa una muestra de debilidad. Desde la infancia, a muchos niños se les inculca que expresar sus emociones es incompatible con la masculinidad.
Según el estudio del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD titulado ‘La caja de la masculinidad’, el tipo de posicionamiento frente a la masculinidad tiene un claro impacto sobre la salud mental. Según el informe, el 51,2% de las mujeres de entre 15 y 29 años afirma haber experimentado ideas suicidas alguna vez o con frecuencia, frente al 34,3% de los hombres de la misma edad.
Sin embargo, el estudio muestra cómo, entre los hombres, el malestar psicológico y las ideas suicidas se incrementan en aquellos que se sitúan dentro de “la caja de la masculinidad”, esto es, el conjunto de normas, roles y expectativas sociales que se imponen a los hombres para definir su “masculinidad”.
Actualmente, la falta de políticas públicas centradas en la salud mental masculina es un problema importante. Por lo mismo, son necesarios estudios cualitativos que escuchen a los hombres, políticas de igualdad que no los excluyan y programas de salud que cuestionen los mandatos de género. Pero, por sobre todo, es necesaria una cultura que deje de confundir masculinidad con silencio.