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Leli Zamorano y los primeros auxilios psicológicos: “Queremos lograr un pequeño oasis en cada comunidad”

En mayo de 2018 Katherine Winter fallece por suicidio a causa de un arduo ciberbullying que sufría por parte de sus compañeros del colegio Nido de Águilas. Sus padres, Evanyely “Leli” Zamorano y Emanuel Pacheco, levantaron la Fundación Katy Summer recordando el nombre artístico de su hija.

Durante 2019, a sólo un año de la muerte de Katy, la fundación ya había dictado más de 200 charlas en comunidades educativas a más de 80 mil personas, y brindado apoyo y guía gratuitamente a más de 300 personas viviendo acoso escolar o ideación suicida. Además, lanzaron a nivel latinoamericano la campaña “Goodbye Cyberbullying”, fueron parte de la campaña “Hay palabras que matan” e impulsaron el proyecto de Ley que previene y sanciona el ciberacoso escolar modificando la Ley General de Educación (LGE), proyecto que se encuentra frenado en la comisión de Hacienda del Senado.

Fue por este trabajo que en 2020 la Fundación Mujer Impacta reconoció a Evanyely Zamorano y ha sido testigo de su crecimiento y avance desde entonces. Poco después, en mayo de 2021, se publicó el libro “Yo elijo Salvar”, el cual recoge la visión y perspectiva de los padres. Hoy bajo ese lema realizan el taller OASIS, que entrega herramientas de primera contención y ayuda en contextos de crisis.

¿Cuál es el mayor desafío de la vida cotidiana que afecta a la salud mental del siglo XXI?

La mala salud mental se asocia a la baja capacidad de adaptación que tenemos frente a los rápidos cambios que nos afectan como sociedad, la lentitud pasó a ser un defecto, hoy la felicidad depende muchas veces de las noticias que recibimos. Esto se ve aumentado con las redes sociales, recibimos mucha información, pero no sabemos manejar y dosificar esa cantidad de datos.

El mundo digital nos empuja a vivir en automático, sólo recordamos los datos y no las vivencias, quizás eres una persona muy amada, pero eso no significa que te sientas amada. Nuestra mente se rige por la ley del mínimo esfuerzo, es más fácil confirmar que investigar y los desafíos digitales están generando muchas Crisis de Pánico y, en estas crisis, nuestro cuerpo le cree a la mente y se paraliza. El no poder actuar nos frustra, la ira no expresada se convierte en rencor que se manifiesta lastimando a otro y en violencia, la hostilidad es la violencia hecha modo de vida.

La incapacidad de adaptarse al cambio te hace sentir a veces como que eres muy pequeña para hacer algo grande o que a lo que te enfrentas es demasiado grande para que puedas hacer lo más mínimo.  Por ello, acumulamos constantemente estrés residual que termina por desregularnos. 

¿Cómo afecta a las mujeres, niñas y adolescentes, especialmente, la salud mental?

¿Has leído el libro “No me lo digas más”? de World Vision. En 31 páginas se muestra el “deber ser” y los estereotipos que atentan contra la autoestima de las mujeres almacenándose en el subconsciente de nuestra sociedad. Lo que se suma a que las mujeres suelen vivir por sus papeles sociales: ser madre, esposa, dueña de casa, mantenedora del hogar, entre otros, donde ella es sumamente postergada. Cuando se plantean que no quieren jugar ese papel viene una explosión, un descubrimiento.

En Chile, la prevalencia de síntomas depresivos severos en mujeres es de un 9.3%, mientras que en los hombres es un 5% (Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, 2018). Además, las mujeres presentan altas tasas de intentos de suicidio fallidos (OPS, 2014; Rosado et al., 2014). La depresión en mujeres se presenta en proporción 2:1 frente a los hombres.

En cuanto a la violencia digital, las mujeres son siempre las más afectadas, de hecho, es una extensión de la violencia de género en espacios digitales, si hablamos de suicidio, las mujeres intentan hasta 3 veces más que los hombres.

Las cifras entregadas por el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género (2017), señalan que la mayor prevalencia a la violencia de género durante el pololeo la sufren mujeres entre los 19 y 25 años. Además, mencionan que un 38% entre los 15 y 65 años han sufrido algún tipo de violencia en su vida; 36% declaró haber sido víctima de violencia psicológica, 16% de violencia física y 7% de violencia sexual.

En espacios laborales, un 44,5% de mujeres ha sufrido por lo menos una situación de acoso sexual laboral. Por su parte, en los establecimientos educacionales, un 41,4% de las mujeres declara haber sido víctima de acoso sexual, mientras que un 49,5% declara haber vivido alguna situación de acoso sexual cibernético. Sin mencionar el acoso callejero.

¿Por qué es importante comenzar a educarnos en primeros auxilios psicológicos?

Mi pregunta sería: ¿Queremos buscar una solución al problema o simplemente vamos a profundizar la crisis?

Ver cómo vamos a aprender a usar herramientas, que siempre han estado disponibles, pero que por mucho tiempo estuvieron resguardadas solamente para un grupo de profesionales.

Si queremos construir una sociedad colaborativa debemos realizar acciones concretas, coherentes y eficientes. La solución a la salud mental no es llenarnos de psicólogos y psiquiatras, aun estos profesionales son humanos y necesitan vivir en un entorno, porque hasta a estos profesionales les he dado talleres de primeros auxilios psicológicos.

Al reproducir estas experiencias logramos que otros se motiven, vemos que cuando enseñamos la metodología, rápidamente las personas lo llevan a sus casa y amigos. Ese es el fin, que sea altamente reproducible. De esta forma, vamos levantando pequeños OASIS en la sociedad pasando de ser constructores especulativos a constructores operativos de un entorno más saludable. Nadie puede garantizar cómo vamos a responder a una crisis, es mejor estar preparados, aumentando la posibilidad y la probabilidad de obtener mejores reacciones de cuidado y contención.

Ustedes han realizado charlas y talleres a los guardias de centros comerciales, a la PDI, a Bomberos, pero sobre todo a comunidades educativas ¿cómo se lidia con la sobre identificación colectiva, rasgo tan común en adolescentes?

Nuestra estrategia de intervención cuenta de tres pasos: sensibilización, alfabetización y herramientas. Antes de realizar cualquier charla solicitamos a la comunidad educativa, incluyendo los auxiliares, bibliotecarias, enfermeras y apoderados leer “Yo Elijo Salvar”. Con la educación también advertimos que una sobre identificación y puede pasar. El objetivo es que las comunidades se contengan a sí mismas y que se creen redes de confianza, considerando a las personas aprobadas por las comunidades.  Buscamos que la magia se quede en la institución generando una contención colectiva, eficiente y cercana.

La primera charla es Yo Elijo Salvar, que debe ser tomada por todos para poner el mismo tema transversalmente sobre la mesa, unificando las conversaciones. Luego el Taller Online OASIS para preparar y dejar instalado un grupo mixto que formará el equipo de contención en Primeros Auxilios Psicológicos. Este taller está orientado a preparar a los profesionales, docentes, asistentes de la educación, apoderados y alumnos líderes en el compromiso social con su comunidad.

OASIS es el acrónimo de Observar, Acoger, Silencio, Iluminar, Sostener. Esta metodología, diseñada por la Fundación Summer está basada en una recopilación de las principales directrices nacionales e internacionales enfocadas en Primeros Auxilios Psicológicos (P.A.P.) tales como Zero Suicide del NHS UK, ALGEE de la Mental Health First Aid Australia, ABCDE de la CIGIDEN UC Chile y QPR del QPR Institute de EEUU.

¿Es parte de tu salud mental hacer algo en beneficio de otros?

Sí, absolutamente. Practicar la solidaridad aumenta la autoestima, disminuye el estrés, desarrolla inteligencia emocional, activa el optimismo, desarrolla habilidades sociales, activa conciencia de la necesidad de mi entorno, activa resiliencia, permite enseñar a nuestros hijos con ejemplos de vida.

¿Cuál es tu mayor aprendizaje con la pérdida?

No tomar el dolor como único maestro o el más sabio, porque terminamos viviendo en constante sufrimiento. Nuestra familia es otra sin Katy, quedamos destruidos y ahí la pregunta es, ¿para qué nos sirve? Si no sirve de nada es basura y eso contamina. Lo mejor que le puede pasar a esa situación, es que tú le encuentres una utilidad y ese es para nosotros el sistema de reciclaje de vida. Si yo no sé para qué voy a vivir, es bien difícil que quieras seguir viviendo.

Una colaboración de Mujer Impacta para Woman Times

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