Elegida como la mejor chef del mundo, aprendió a cocinar de manera autodidacta tras dejar atrás una exitosa carrera como ejecutiva de publicidad. Hoy es catalogada como la mujer que revolucionó la gastronomía colombiana.
Para Leonor Espinosa (61), la pasión por la comida fue un descubrimiento tardío. Antes, estudió economía, arte y tuvo una exitosa carrera como ejecutiva de publicidad, pero algo le faltaba a su espíritu creativo y no fue hasta 2007, cuando por fin lo encontró en el mundo de la gastronomía. Aprendió de forma autodidacta y al tiempo abrió su primer restaurante, Leo, decidida a darle nuevos aires a los platos tradicionales de la mesa colombiana.
Quince años después fue elegida como la mejor chef mujer del mundo por The World’s Best 50 Restaurants que organiza William Reed. Según los organizadores, la chef colombiana “nunca dejó de ejercer las artes o de estudiar la economía: simplemente empezó a hacerlo a través de ojos gastronómicos”.
Para ella, el reconocimiento es una oportunidad de dar el lugar que las mujeres se merecen en la alta cocina.“Quisiera que este premio no me contagiara de ego, ni de presión. Que sea un reconocimiento al trabajo en Leo y la oportunidad de visibilizar a Colombia”, manifestó Leonor a W Radio tras conocer el anuncio.
“Las mujeres somos las matronas, las que dirigen las cocinas criollas, populares y tradicionales, pero el mundo de la alta cocina les pertenece a los hombres; esta es una forma de mostrar que las mujeres también pertenecemos a este mundo”, agregó.
El restaurante Leo fue el primero de Colombia en alcanzar el ranking de los 50 mejores restaurantes del mundo en 2019. Ese es el centro de operaciones de Funleo, una fundación que “trabaja por la reivindicación de las tradiciones gastronómicas de las comunidades colombianas, a partir de su patrimonio biológico e inmaterial”, como dice en su web.
Según la prensa especializada, el sello de la cocinera ha sido “resaltar los sabores a mar, montaña, páramo, selva y manglar, en cada una de sus propuestas logra visibilizar al país”.
Leonor Espinosa, además, encabeza una cruzada por reivindicar el uso gastronómico de la hoja de coca. “Queremos terminar con el desconocimiento que existe sobre los múltiples usos tradicionales de este producto en las culturas indígenas, ajenos a la cocaína. Coca no es cocaína”, aclaró, a un diario europeo que viajó al país cafetero a descubrir sus secretos de su éxito.
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