Parte de la herencia machista, el mansplaning puede influir de manera directa en la autopercepción intelectual de las mujeres y alterar el desarrollo de la personalidad de niñas y adolescentes. De ahí, que cada vez se escuchen más voces que invitan a combatir una práctica que es que, en definitiva, busca deslegitimar las habilidades de las mujeres a través del discurso.
La palabra es la suma de man (hombre) y explaining (explicar), y se utiliza para definir un fenómeno que se da fundamentalmente en espacios públicos donde la posición de poder del hombre se ve amenazada. Por ejemplo. El hecho de que en una reunión laboral un hombre diga exactamente lo mismo que una mujer, la interrumpa mientras expone una idea o le repita lo misma que ella dijo, son las formas más habituales de este micromachismo.
Los psicólogos han establecido que esta práctica está basada en suposiciones sexistas que dan por sentado que los varones son más cultos o más inteligentes que las mujeres. Fue bautizado como mansplaning hace apenas una década tras un insólito hecho. En un evento, la periodista y activista feminista Rebeca Solnit, recibió de un hombre la recomendación de leer un libro para que explicara mejor sus ideas, lo que no sabía su interlocutor es que ¡ella lo había escrito!
Al tiempo, la comunicadora le dio forma a un fenómeno que la irritó desde siempre y publicó “Men explain things to me” (Los hombres me explican cosas). “Decirle a alguien, categóricamente, que él sabe de lo que está hablando y ella no, aunque sea durante una pequeña parte de la conversación, mantiene la fealdad de este mundo y retiene su luz”, dijo la escritora en una entrevista, en la que volvió a celebrar que la anécdota sirviera para visibilizar cómo el machismo se manifiesta en el discurso humano, los comportamientos sociales y los procesos de aprendizaje.
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