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“Todavía es tiempo de que abras tu ojo”: el legado ambiental de Gastón Soublette

El filósofo, musicólogo y Premio Nacional de Humanidades 2023 falleció el pasado 24 de mayo a los 98 años. Su pensamiento, profundamente conectado con la naturaleza, la cosmovisión mapuche y los saberes tradicionales, deja una enseñanza urgente para las nuevas generaciones.

Gastón Soublette Asmussen, uno de los pensadores más influyentes de la cultura chilena contemporánea, murió a los 98 años el pasado 24 de mayo en Limache, donde residía. Su partida marca el cierre de una vida dedicada a pensar la belleza, la espiritualidad, la naturaleza y los saberes ancestrales desde una perspectiva humanista. Pero su legado queda vivo, especialmente en un mundo amenazado por la crisis climática y la desconexión con la tierra.

“Todavía es tiempo de reflexionar, para enfrentar lo que viene con una buena conciencia que nos proteja y nos libre de los peligros de una crisis que ya todo lo abarca”.

Con una obra vasta y multidisciplinaria, Soublette abordó desde la estética y la filosofía hasta la ecología y la espiritualidad. Fue uno de los primeros intelectuales chilenos en advertir, ya en la segunda mitad del siglo XX, sobre los peligros del deterioro ambiental y la necesidad de reconectar con una forma de vida armónica con los ciclos de la naturaleza. En sus últimos años lo resumió en su Manifiesto. Peligros y oportunidades de la megacrisis (Ediciones UC), donde alertó: “Todavía es tiempo de reflexionar, para enfrentar lo que viene con una buena conciencia que nos proteja y nos libre de los peligros de una crisis que ya todo lo abarca”.

Una vida guiada por la naturaleza y lo sagrado

Soublette fue parte de una generación que, en lugar de subirse al tren de la tecnocracia, optó por caminar. Literalmente. Caminó entre guitarras, clavas mapuche y cerámicas precolombinas, caminó por el arte, por la espiritualidad oriental, por los senderos de la música popular y por la poesía. Su casa en Limache fue, durante décadas, no solo su hogar sino un pequeño santuario de saberes ancestrales.

Uno de los aspectos más profundos de su pensamiento fue su acercamiento al pueblo mapuche. Invitado a participar en ceremonias como el Nguillatún, logró construir una relación respetuosa y mística con la cosmovisión indígena. “El pueblo mapuche hizo arte conforme a su forma de vida y su cosmovisión”, decía con énfasis, rechazando cualquier jerarquía que colocara a estas culturas en una posición de inferioridad frente a los cánones occidentales.

“El pueblo mapuche hizo arte conforme a su forma de vida y su cosmovisión”, decía con énfasis Soublette.

En 2015, donó más de 300 piezas —cerámicas, textiles, objetos líticos y platería— al Centro de Extensión UC. Hoy, esa colección puede visitarse en el Aula de Arte Pueblos Originarios, una muestra patrimonial que él mismo ayudó a curar. En una entrevista filmada en marzo de 2020, Soublette recorría las vitrinas con un bastón en la mano, describiendo con agilidad la procedencia de las piezas, señalando clavas de Temuco, San Felipe o Coyhaique. “Adquirí una relación mística con estos objetos. Los ofrecí a la Universidad Católica porque era un patrimonio muy valioso”, explicaba.

Pensar desde el margen

Como académico del Instituto de Estética de la Universidad Católica, Soublette fue una figura disruptiva. Impulsó los estudios sobre la cultura popular y las culturas indígenas en una época en que esos temas no formaban parte del canon universitario. Fue también uno de los primeros en transcribir en partituras las composiciones de Violeta Parra y trabajó codo a codo con figuras como Margot Loyola, Gabriela Pizarro y Héctor Pavez.

Su mirada sobre el mundo estaba guiada por un profundo respeto por los ritmos naturales, los símbolos y las tradiciones que sobreviven fuera del discurso dominante. En una sociedad cada vez más acelerada, tecnificada y alejada de los ciclos vitales, su pensamiento emerge como una invitación urgente a desacelerar, a observar, a escuchar. “Como dice el refrán popular, todavía es tiempo de que abras tu ojo si no quieres que te lo abran”, advertía en su Manifiesto.

Una herencia para el futuro

Premiado en 2023 con el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, su pensamiento ha cobrado aún más relevancia en un mundo que enfrenta no solo una crisis ambiental, sino también una crisis de sentido. Soublette dejó una hoja de ruta para repensar nuestra forma de habitar el planeta: desde el respeto por la sabiduría indígena, la práctica de la contemplación y la crítica profunda a los paradigmas extractivistas y productivistas.

El último adiós se realizó entre poesías y guitarras, en Limache. Allí fue velado en su hogar, acompañado de música, y posteriormente sepultado en el Cementerio 1 de Valparaíso. Justo días antes, se había preestrenado en esa misma ciudad el documental El lugar al que llego, que retrata sus últimos años.