La vida póstuma del célebre escritor y poeta nacional se ha visto envuelta en discusiones por mantener el legado de su obra, una misión que involucra a la viuda del autor, el amor de sus últimos años y su hermana y mamá.
Luego de la muerte de Roberto Bolaño, en 2003, a la edad de 50 en Barcelona, han salido a la luz aspectos de la vida del escritor que involucran, principalmente, a las mujeres que lo rodearon y que hoy, demandas mediante, intentan cuidar su obra.
Bolaño estaba casado con Carolina López, con la que tenía dos hijos, Lautaro y Alejandra. Estuvieron casados por más de 20 años y Carolina era la primera persona en leer los borradores de sus escritos. Además, el autor le dedicó varios de sus libros. Sin embargo, se ha visto envuelta en críticas, luego de que el respetado crítico literario español Ignacio Echevarría, amigo y editor de Bolaño, publicara un incendiario artículo, en el que la acusa de querer eliminar datos, manipular el legado e impedir la difusión de algunos títulos, todo por haber sido “testigo” de una relación sentimental.
El escritor, en sus últimos años, había mantenido un vínculo amoroso con Carmen Pérez de Vega, incluso fue ella quien lo acompañó en el hospital en el día de su muerte. Se conocieron en un tren en Barcelona y pronto empezaron una relación. Por eso, según Echevarría, la decisión de la viuda ha sido eliminar todo rastro de ese nombre y de esa etapa de la vida sentimental de su esposo.
De hecho, ambas se encuentran en litigio por casi $180 millones, acusando López “daños morales”. Sin embargo, el juez de la Audiencia Provincial de Barcelona que reconoció que la relación entre Pérez y Bolaño sí existió, desestimó que esta atentara contra el honor de la viuda. La demanda también tiene en tribunales a Mónica Maristain, autora del libro sobre Bolaño El hijo de Míster Playa, por el monto de 30 mil euros ($22 millones) como compensación por “dañar la imagen” del escritor.
En tanto, la hermana del autor, María Salomé Bolaño, también ha disparado contra la ex esposa Carolina López. La última del clan Bolaño, ha remarcado que “Carolina le remarcó a mi madre que ella era la dueña de todo lo que tenía que ver con Roberto”. Incluso, López había demandado a la madre del escritor, luego de que compartiera fotos inéditas de su hijo, cosa que a la viuda no le gustó.
“No tenemos ninguna relación con López. Cuando Roberto empezó a publicar sus novelas por Anagrama, él le enviaba mensualmente unos 200 euros actuales a mi mamá; pero cuando murió, Carolina le dijo que no le iba a pasar más esa cantidad, que ya no había ningún vínculo y que se olvidara de contar con ese dinero. Y eso que Roberto le había dicho a mi madre que todas las ganancias posteriores de Estrella distante (publicada por primera vez en 1996) serían para ella. Pero eso no pasó, ya que no hizo un documento legal, y después de su muerte Carolina no lo permitió”, dijo en entrevista.
“Mi mamá sufrió mucho por esa mujer; Carolina incluso la alejó de sus dos nietos. La actitud de Carolina ha sido como de las clásicas viudas de escritores, como la de Borges, esas que quieren todo el dinero para ellas”, aseguró, al recordar que para el literato, la figura femenina siempre fue una de sus grandes fuentes de inspiración.
Finalmente, Carmen Pérez, su última mujer, en entrevista con un medio chileno en 2017, le bajó las revoluciones al tema. “Lo único que nos prometimos Roberto y yo fue amistad y respeto. Y es eso lo que quise y quiero preservar. Me consideraba su mujer y en una ocasión me dijo que yo quedaría como su último amor. Bueno, ya está, eso me parece muy bonito, está bien, pero nadie podía prever la magnitud de su posteridad. Me parece que la posteridad de Roberto es un ente autónomo que se lo puede engullir todo”.
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