¿Has oído hablar del término male gaze? Dentro de la industria cultural, que en español se traduce como ‘mirada masculina’, el concepto ha generado una serie de debates y reflexiones. En palabras simples, male gaze es la manera narrativa en que los hombres de la esfera dominante, es decir, principalmente blancos, heterosexuales y cisgénero, suelen retratar a las mujeres en las historias, construyendo estereotipos y prejuicios en torno a ellas, e imponiendo, a través de los personajes que representan, la manera en que supuestamente ven el mundo.
Dentro de la industria del cine, dominada históricamente por directores hombres, está emergiendo con fuerza la contra respuesta a esta perspectiva narrativa: la mirada femenina (female gaze), que significa que son las mujeres, quienes tanto como directoras, productoras, guionistas y actrices, construyen historias desde su propio punto de vista, independiente de que la trama toque un tema relativo a las mujeres, o no. Es cosa de ver lo que pasó en la última edición del Festival de Cannes, celebrada el pasado mes de mayo, que fue destacado en los medios por la amplia presencia que tuvo de mujeres cineastas. De las 65 películas correspondientes a la selección oficial, 15 estaban dirigidas por mujeres.
En Chile, uno de los principales eventos preocupados por la mirada y la presencia femenina en la industria audiovisual es Femcine (Festival de Cine de Mujeres), el cual premia producciones realizadas sólo por creadoras mujeres. Su décima tercera edición será celebrada en Santiago de Chile el próximo año y premiará 3 categorías principales: Competencia Internacional de Largometrajes, Competencia Internacional de Cortometrajes y Competencia de Cortometrajes de Escuelas de Cine de Chile.
En Woman Times, conversamos con 3 cineastas mujeres reconocidas por la edición Femcine 2021. En este artículo, todas responden a la pregunta: ¿Cuál es la importancia que tiene la mirada femenina en el cine de este siglo?
El cine con mirada de mujer
La cineasta mapuche Ayelén Lonconao, titulada de la Universidad de Chile, recibió una Mención de Honor en Femcine por su cortometraje titulado “Meli”, que retrata la historia de una joven mapuche que a temprana edad se va a vivir a la ciudad de Santiago. “Yo creo que hay muchas historias contadas por hombres, pero no tantas contadas por mujeres”, comenta la directora, para quien no sólo el hecho de ser mujer le entrega una perspectiva diferente a sus creaciones, sino también sus raíces indígenas. “El cine hecho por chilenos va a ser muy distinto al cine hecho por mapuches contando una historia mapuche, es muy distinto contar la historia desde afuera que desde adentro. Ahora bien, el cine hecho por mujeres, sobre todo cuando toca temas ‘femeninos’, va a ser muy distinto si lo cuenta un hombre, porque pasa lo mismo; es distinto contarlo desde adentro que desde afuera, y no es que sea mejor o peor, porque si la historia está bien contada, pueden ser ambas muy interesantes, pero sí van a cambiar, eso es innegable”, argumenta la cineasta.
Para Lonconao, desde su experiencia haciendo cine, la principal importancia de la mirada femenina está en la posibilidad que esa misma visión ofrece. “Significa contar las historias a partir de las cosas que a nosotras nos llaman la atención, o que nos afectan, o que representan algo profundo, porque el cine es subjetivo, entonces va a cambiar dependiendo de quién lo hace”, sostiene.
Luego de presentar “Años dorados”, un cortometraje inspirado en la historia de Evelyn, una mujer que con 93 años continúa haciendo clases de ballet, la realizadora audiovisual Catalina Etcheverry fue destacada por Femcine con una Mención del Jurado. Para la joven, la mirada femenina toma un lugar importante en su trabajo, y señala: “Es una forma más íntima de acercarse a las historias y a los personajes. La mirada femenina nos permite ver desde otra perspectiva situaciones que generalmente en el cine están representadas de forma estereotípica desde la visión del hombre. En ese sentido, la mirada femenina permite dar voz a cómo las mujeres experimentamos las historias y ciertas situaciones”, comenta Etcheverry, directora audiovisual titulada de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Según la realizadora, la mirada femenina permite democratizar el proceso de identificación que tienen los espectadores con los personajes del cine. “Si las películas abarcan nuestra mirada, podemos sentirnos más identificadas y generar debates sobre eso, y quizás así los hombres puedan entendernos”, añade. Esta visión la comparte la cineasta de la Universidad de Chile Beatriz Arias, ganadora de la categoría de Femcine “Mejor Cortometraje Escuelas de Cine de Chile” por su cinta “El callejón de las perras”, una historia de 5 amigas que se acompañan en sus aventuras nocturnas. De acuerdo a Arias, la mirada femenina permite que la audiencia femenina logre sentirse identificada con lo que está viendo. “Como espectadoras podemos gozar de representaciones complejas o multidimensionales de nosotras mismas, sin sentir que somos lo ‘otro’, o lo ajeno, sino que tiene ese sentido de pertenencia y eso es muy importante, porque por mucho tiempo se nos privó de eso, cuando el cine tenía principalmente directores hombres.”
Femcine: lugar de encuentro
Para las 3 cineastas, el Festival de Cine de Mujeres es una gran oportunidad para conocer el trabajo de sus compañeras de rubro, y a pesar de que pueden tener ideales y experiencias de vida diferentes, todas comparten la misión común de potenciar la mirada femenina dentro de la industria del cine. “Femcine es un espacio que se compromete mucho por sacar adelante a mujeres cineastas. A mí me abrió muchas puertas. El haber ganado la competencia me permitió viajar a Argentina y participar de una instancia de encuentro entre cineastas latinoamericanas”, comenta Beatriz Arias.
A su vez, la directora audiovisual Catalina Etcheverry señala: “Para mí fue súper importante que Femcine haya reconocido mi trabajo porque más allá del premio, fue una instancia muy bonita que me permitió ver el trabajo de otras mujeres y también observar cómo nosotras abordamos las historias”, sostiene. Misma experiencia que Ayelén Lonconao agradece luego de ser reconocida por el certamen, y comenta: “Es muy agradable poder recibir reconocimiento de compañeras y de una industria que está tan llena de hombres. El poder reunirnos y saber quiénes son las mujeres que están dentro del área audiovisual es muy gratificante. Uno sabe que hay más gente en esto, no son sólo hombres, también hay muchas mujeres. Fue súper interesante el poder ver estas obras y que se estén haciendo este tipo de certámenes, y que además se nos reconozca nuestro trabajo.”
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