La investigación “Igualdad de oportunidades para las minorías sexuales y de género” estableció que la discriminación que afecta a las minorías sexuales, más allá del efecto social, atenta gravemente contra el desarrollo de todos los países de la región.“La igualdad de oportunidades para las minorías sexuales y de género aún está muy lejos de ser una realidad”, asegura, el autor y consultor legal del Banco Mundial, Christian De la Medina Soto.
En casi todas las áreas de la vida, las minorías sexuales y de género han sufrido, algún tipo de discriminación, desde el acoso y la intimidación hasta serias dificultades para estudiar y acceder a trabajos de calidad. Hasta hace muy poco tiempo, muchos creían que sólo quienes padecían de los prejuicios y la intimidación eran los únicos afectados, pero el estudio del Banco Mundial “Igualdad de oportunidades para las minorías sexuales y de género” confirmó que este círculo vicioso no sólo perpetúa las diferencias sino que además afecta gravemente el desarrollo regional.
La investigación que incluyó a dieciséis países, de América Latina y el Caribe, consideró las áreas de educación, empleo, política e inclusión cívica, acceso a servicios públicos, la protección contra los delitos de odio y la posibilidad de ser tratados como criminales. La metodología se basó en el análisis de la existencia de leyes y regulaciones tendientes a proteger a las minorías sexuales de la discriminación en los colegios, y cómo eso afecta en un menor acceso al mercado laboral. Según los especialistas, pese a que se han registrado avances importantes, en Latinoamérica todavía queda mucho por hacer.
Por ejemplo, los estudiantes LGBTIQ+, que son víctimas de acoso en los colegios, suelen abandonar sus estudios, lo que en el futuro les hace difícil el acceso a oportunidades laborales. Pero no sólo eso, además enfrentan problemas para matricularse y en la mayoría de las escuelas no existen planes de estudio de educación sexual inclusiva. A esto, se suma el hecho de que los profesores carecen de la formación adecuada contra evitar los actos de discriminación y ofrecer ayuda efectiva a las víctimas.
A la hora de buscar trabajo, los postulantes suelen enfrentar prejuicios en torno a su orientación sexual o identidad de género, lo que reduce no sólo las posibilidades de prosperidad y la movilidad social de las personas, sino que también limita el desarrollo del país.
“Es alentador que algunos países muestran avances en materia legislativa en esta área, pero la igualdad de oportunidades para las minorías sexuales y de género aún está muy lejos de ser una realidad. Por lo que, esperamos que en el futuro cercano podamos seguir observando cambios positivos en esta agenda y así poder contar con sociedades más inclusivas y menos discriminatorias”, dijo Christian De la Medina Soto, consultor Legal del Banco Mundial y autor del reporte.
El informe incluye numerosas recomendaciones de políticas diseñadas para prevenir y eliminar las prácticas discriminatorias, entre las que se incluye la necesidad de establecer y hacer cumplir medidas de protección legal explícitas contra la discriminación en el lugar de trabajo, el hostigamiento y otras formas de acoso en entornos educativos, y prohibir el tratamiento forzado o la terapia de conversión de las minorías sexuales y de género.
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