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Mujeres que inspiran y promueven el cambio: con Sandra Moreira de Casa Urbana Uniformes

Woman Times pasó una mañana en la sede de Casa Urbana para acompañar de cerca cómo construyen su camino hacia la sostenibilidad

En la tranquila calle Chaná, en el corazón del barrio cordón de Montevideo, hay un simpático caserón azul que no da mayores indicios de todo lo que alberga en su interior. Sin embargo, de la puerta para adentro, despliega un universo de colores y sonidos, entre los cuáles está el de una máquina de coser.

En cada habitación del caserón se realizan tareas distintas, hay pasos, conversaciones y mucho movimiento, pero todo funciona como un organismo saludable. Es una típica mañana de trabajo en la sede de Casa Urbana Uniformes y Woman Times fue invitada a conocer la labor de este emprendimiento que busca dar una nueva cara a la industria de la vestimenta.

Casa Urbana es una empresa familiar que se dedica desde hace 22 años a la venta de uniformes empresariales femeninos. En 2001 Sandra Moreira y Carlos, su pareja, se quedaron sin trabajo a raíz de la crisis económica. Las circunstancias impulsaron a pensar en algo nuevo y en emprender desde cero.

En ese momento plantaron la semilla de una empresa que hoy hace 12 mil prendas anuales y emplea técnicas innovadoras y una mirada fresca y sostenible sobre la moda actual. “Le pusimos lo máximo para hacerlo de la mejor manera posible y los primeros años fueron a todo pulmón, enfocados en hacer que el proyecto funcionara”, cuenta Moreira.

Hoy Casa Urbana funciona como “laboratorio”, ya que hace prototipos, desarrolla la moldería y realiza la logística de la toma de talles. La producción de las piezas queda a cargo de algunos talleres asociados.

Trabajan en asociación con referentes del rubro como la diseñadora Renata Casanova, quien opera con técnicas que apuntan al “cero desperdicio”. Así, el foco va más allá de lo rentable, está puesto en la reducción de los residuos textiles y en innovar en la producción.

Hace más de 10 años que se encuentran en el camino de la sostenibilidad porque creen que esta es la forma correcta de seguir en la industria textil de manera que pueda convivir con los tiempos actuales. Por eso, crearon cápsulas de diseño con mínimo o cero desperdicio, donde recuperan sobrantes textiles y los transforman en otros productos, manufacturan prendas en desuso y se hacen cargo de sus propios residuos.

Por otro lado, en Casa Urbana se parte del presupuesto de que el uniforme, esta prenda de uso diario, necesita ser cómoda y debe durar en el uso prolongado y, para eso, no es necesario abdicar de estilo y mucho menos calidad. Por eso, cuentan con una importante curva de talles —14 en la actualidad— para que todos los tipos de cuerpo se vean contemplados.

“Creemos que el trabajo dignifica y empodera y eso se tiene que reflejar en la indumentaria que las personas utilizan para trabajar. Entendemos que es algo que vas a usar diariamente, entonces buscamos una conexión con el cliente, para que la persona que vaya a vestir ese uniforme, se sienta bien en él y con eso logramos que el porcentaje de disconformidad sea muy bajo”, señala.

Moreira y su equipo crearon la colección Cereus, con total reaprovechamiento de material y con la cual proponen “crear vestimenta de manera circular, atemporal, durable y confortable, con integridad y responsabilidad hacia los procesos, las personas y el planeta”. A raíz de este trabajo, en 2022 fueron seleccionados por el Teatro Solís para llevar a cabo el proyecto Multiforme en donde transformaron uniformes en desuso en nuevas prendas con valor agregado.

“Los uniformes pueden ser de cero desperdicio, hechos por Renata Casanova, que va directo para las usuarias, pero también es interesante saber que si no es de cero desperdicio, el proceso de hacer esta ropa está en la integridad, porque gestionamos la ropa y luego los residuos del proceso industrial se guardan o se destinan adecuadamente”, comenta.

También produjeron una colección Upcycling, que consiste en la reutilización de prendas en desuso que son transformadas en otros productos de igual o mayor valor que el original. Prendas que no se venden y quedan en depósitos, son tomadas como materia prima, se recuperan y vuelven a tener vida.

Antes de este, Casa Urbana ya había hecho otro proyecto de recuperación de ropas. En aquella ocasión transformaron pantalones en bolsos e hicieron un taller explicativo sobre manufactura a estudiantes. También, en otra oportunidad, lo confeccionado fue destinado a Casamario, iniciativa de gestión autónoma y colectiva en clave de producción artística, cultural y social.

En 2021, recibió el Premio a la Moda sostenible de la mano de Naciones Unidas, Universidad ORT y Moweek y pasó a ser parte del Pacto Global de Naciones Unidas en Uruguay. Las integrantes del jurado seleccionaron la propuesta de Casa Urbana por considerarla “original y genuina”, además de ser “la más completa en términos de impacto social, ambiental y económico”. También este año fueron seleccionados como uno de los mejores proyectos sostenibles de Latinoamérica por Premios Verdes.

Hoy el foco de esta empresa familiar es seguir creciendo con responsabilidad y dejando una huella positiva. “Es mucho esfuerzo y pila de horas, se requiere ser paciente y trabajar con dedicación, pero creo que es posible que ganemos todos. Tengo mucha pasión y fe de que este es el camino”, dice Moreira con brillo en los ojos.

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