Esta es una de las conclusiones de la última edición del Informe Global sobre Trata de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD)
El martes, 24 de enero, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) dio a conocer el séptimo Informe Global sobre Trata de Personas. El documento abarca 141 países, basándose en los casos detectados entre 2017 y 2020, y señala que la explotación sexual sigue siendo el delito más común entre quienes son víctimas de trata, en su mayoría mujeres y niñas.
La trata consiste en captar y retener a una persona para explotarla y, aunque la esclavitud sexual es la forma de explotación más conocida, muchas de las víctimas también se ven sometidas a trabajos forzados. La ONUDD no ofrece cifras globales sobre la magnitud de este delito, ya que sólo analiza las víctimas identificadas, pero la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que casi 28 millones de personas en todo el mundo son víctimas de trata.
El actual informe de la ONU analizó datos de casi 190.000 víctimas de trata detectadas y proporciona una visión general de los patrones y flujos de este delito, además de denunciar las situaciones de impunidad. Según el resumen, del total de víctimas detectadas en 2020, el 42 % son mujeres y el 18 % niñas, quienes corren mayor riesgo de sufrir violencia física durante su cautiverio en comparación con las víctimas masculinas. Los hallazgos se basan, además, en el análisis de 800 resúmenes de casos judiciales y van acompañados de recomendaciones detalladas a las autoridades responsables de formular respuestas eficaces.
El análisis de casos judiciales presente en el documento también muestra un dato especialmente alarmante, si se tiene en cuenta que muchas víctimas pueden no identificarse como tales o temen demasiado a sus explotadores como para intentar escapar. Y es que las víctimas de trata, cuando son identificadas, son “auto rescatadas”, es decir, escapan de los tratantes por su cuenta. “Hay más casos de víctimas que escapan y denuncian a las autoridades por iniciativa propia (41%), que casos en los que las víctimas fueron localizadas por las autoridades (28%), miembros de la comunidad y la sociedad civil (11%)”, informa.
Esta edición del Informe global también ofrece un resumen de los patrones y flujos de tráfico detectados durante la pandemia de COVID-19. En ese período se detectaron menos casos de trata de personas con fines de explotación sexual, ya que se cerraron los espacios públicos y las restricciones pueden haber desplazado esta modalidad hacia lugares más ocultos, lo que dificulta la identificación de las víctimas. A nivel global, el número de condenas por este delito también disminuyó un 27% en 2020 con respecto al año anterior, con descensos más visibles en el Sur de Asia (56%), Centroamérica y el Caribe (54%) y Sudamérica (46%), acelerando una tendencia registrada por ONUDD desde 2017.
El informe detalla también cómo la guerra y los conflictos, así como las catástrofes naturales ocasionadas por el cambio climático, ofrecen oportunidades para profundizar el problema. La guerra en Ucrania, por ejemplo, está elevando los riesgos de trata de personas para la población desplazada. Sin embargo, la mayoría de las víctimas resultantes de conflictos tienen su origen en países de África y Oriente Medio.
Al desglosar las estadísticas por regiones, el informe muestra mayores niveles de impunidad en África subsahariana y el Sur de Asia. Los países de estas regiones condenan a menos tratantes y detectan a menos víctimas que el resto del mundo.
La ONUDD informó que por primera vez el Informe presenta contribuciones de jóvenes investigadores académicos, como parte de la iniciativa Generación 30, cuyo objetivo es construir nuevas conexiones entre la ONU y la academia y ampliar las oportunidades de investigación para los jóvenes. El informe completo se encuentra en este link: https://www.unodc.org/unodc/data-and-analysis/glotip.html
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