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El antiguo rito de sahumar en el siglo XXI

No es otra cosa que esparcir una suave y controlada dosis de humo proveniente de plantas. A quienes lo practican no les hacen falta números ni ciencia, solamente convicción.

Desde hace un tiempo el acto de encender un sahúmo o un incienso está volviendo a nuestra cotidianidad. Mientras la delgada columna de humo sube para dispersarse y soltar sus aromas, quien lo haya encendido puede detenerse a meditar o acompañar una ceremonia personal de cierre de etapas o apertura de otras nuevas.

Carolina Pulido, creadora de la marca Matriz (en Instagram @matriz_medicina) fabrica sahumos a mano usando solamente plantas medicinales de su huerta. Envuelve todo con arte y paciencia en hojas de eucaliptus y lo sujeta con hilo de algodón. Cada pieza es única. Cuando empezó a publicarlos en su cuenta de Instagram no le sorprendió que se los empezaran a pedir cada vez más. “Sahumar es una herencia de los pueblos nativos, de nuestros ancestros del Norte y del Sur que durante siglos usaron diferentes plantas para limpiar sus espacios, invocar los poderes de la naturaleza y de sus deidades, y para pedirles protección y abundancia.  Se dejó de usar, se perdió la tradición y ahora hay un renacer. Diría que se debe a que se está volviendo a entender la importancia de lo que no vemos, como las energías. Percibimos que un ambiente cargado de energías negativas afecta nuestras relaciones y nuestra salud”, dice Carolina.

Otra forma de sahumar es poner un trocito de carbón, encenderlo y sobre éste poner hierbas secas que se van consumiendo con la pequeña brasa. Tam Jiménez se encantó con esta imagen y los aromas que surgían, y probó en su taller de cerámica (@taller.tamjimenez) hacer sahumadores con sus manos. “Es importante hacer rituales de cambio de ciclo, porque mirar lo vivido y cerrarlo es también sinónimo de avanzar. Hacer un ritual con sahúmo, es un acto de amor mágico, es iluminarte a ti y a tus espacios con gratitud, amor y aceptación. Yo lo hago con una mezcla de hierbas que saco de mi jardín, las selecciono de forma intuitiva entre las que me evocan calma, armonía y amor”, cuenta Tam. Sus sahumadores tienen una pequeña tapa con orificios que se puede poner sobre las hierbas mientras se consumen.

Fabricados a partir de corteza de canelo y según principios de recolección responsable, comercio justo y desarrollo local, los inciensos de UMO Recolector van en la misma línea. “En tiempos acelerados, caracterizados por la desconexión de la naturaleza y por la falta de empatía hacia los demás, creemos que el bienestar es un valor que se ha convertido en una necesidad. Con nuestros aromas, proponemos activar los sentidos y realizar un viaje sensitivo que transporta, enciende y conecta con la naturaleza”, dice Máximo Troncoso, socio fundador de Umo Recolector (@umo_recolector_). Y agrega: “el canelo es un árbol sagrado para los mapuche. Está presente en sus ceremonias y representa la unión entre el cielo y la tierra. Al quemar su corteza, el canelo limpia y purifica los ambientes. Su aroma es dulce, profundo y amaderado”.  

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