Pulsa «Intro» para saltar al contenido

El respeto a la diversidad sexual: Un gran desafío para las empresas

“Desde que tengo memoria siempre le dije a mi madre que quería ser varón. Que no me gustaba como era”. Con estas palabras Ignacio Vico recuerda su infancia, una infancia algo complicada y confusa por no sentirse cómodo desde muy pequeño por el género con el que nació. Nacho, cómo lo conocen sus cercanos, es desde hace un año gerente de la tienda De Arocena en Starbucks Uruguay, y si bien nació como Abigail Vico, reconoce que hoy tras largos y muchas veces conflictivos procesos, sólo cuando entró al mundo laboral pudo comenzar una transición que le ha permitido sentirse pleno, en un lugar de trabajo que lo acepta tal como es, y que le permite caminar con la cabeza en alto por la vida. Aquí, parte de su historia.

Tuviste una infancia difícil. ¿En qué momento tomas una decisión de ser más abierto respecto a tu identidad de género?

Difícil por la confusión, sí. Pero debo decir que he sido afortunado por tener los padres que tengo. Mi madre siempre me apoyó hasta en los aspectos más mínimos. Detalles simples, por ejemplo, cuando íbamos a comprar ropa siempre yo terminaba eligiendo ropa de varón. Mi mamá siempre me apoyaba y me decía que eligiera lo que yo quisiera, que ella siempre me iba a decir que sí. Pero cuando uno empieza a ser más grande, y se comienza a relacionar con gente del liceo de la misma edad, las cosas cambian. Toda la etapa de los 11 a los 15 años reprimí muchísimo todo, simplemente por lo que pensaba que pudiera decir la gente acerca de mi. 

Nunca fui la persona más femenina del mundo, por lo que el comentario de otros siempre me afectaba y me provocaba una tremenda angustia. Pero ya a los 16 o 17 años recuerdo que tuve la iniciativa de ir y decirle a mi madre abiertamente lo que me estaba pasando. “Mamá, quiero que realmente entiendas que no me gusta ser así”. Ella me dijo que me entendía. En aquel momento los avances y apertura de mente de hoy no existían. Hoy todo es más aceptado, más normalizado. En ese momento ella me dijo que me apoyaba en todo. Me dijo que me aprendiera a aceptar y adaptarme a esto que me había tocado y seguir adelante. Sus palabras fueron un gran alivio para continuar.

¿Cómo fue el proceso de aceptación?

Estuve negado por muchos años. Nunca me acepté del todo. Tuve un montón de trabajos en los que nunca dije nada, porque también uno se da cuenta del ambiente en el que estás y el miedo a ser discriminado es latente. Hasta que en 27 de agosto 2018 comencé a trabajar en Starbucks luego de haber trabajado dos años en una librería. Me acuerdo que me presenté por mi nombre del DNI, y fui de a poco conociendo a mis compañeros, a quienes recuerdo mucho por las charlas de aquella época. Recuerdo que todos eran muy transparentes, y sentía que les podía contar lo que yo quisiera sabiendo que me iban a aceptar. De a poco me fui abriendo, aceptando, fue un proceso.

¿Cómo recuerdas el momento en que le cuentas a tus compañeros de trabajo?

Cuando iba a ser la apertura de la tercera tienda de Starbucks en Uruguay nos juntamos todos en el parque Rodó, ya que teníamos que hacer una ronda de presentación para quienes no nos conocíamos aún. Cuando me tocó a mi dije mi nombre de DNI y les comenté “Espero que en algún momento me puedan llegar a conocer como Nacho”. Recuerdo que se los dije clarísimo. Obvio que los compañeros que ya me conocían todos me abrazaron y fue muy lindo. Ahí les pude llegar a decir abiertamente como yo quería que me conocieran. Fue muy hermoso. Un tiempo después otro partner (compañero de trabajo), fue uno de los principales impulsores de que un día yo agarrara mi name tag, lo borrara y le pusiera Nacho. Desde ese día cada Partner nuevo que entraba me conoció como Nacho. Eso marcó un antes y un después para mí. 

¿Sientes que es complejo para las empresas en Uruguay adoptar políticas de identidad de género más claras? ¿Falta apertura al respecto?

Puede ser difícil, pero todo se trata de voluntad. En su momento tuve una charla hermosa con Natalia, mi líder en Starbucks, donde le conté cómo quería que me trataran, que yo quería empezar la transición, que cómo íbamos a hacer con mis documentos, con mi nombre, horarios, las formalidades laborales. Y ella me dijo, “a ver, nosotros acá te vamos a aceptar como vos seas. Dale para adelante, sólo dinos cómo querés que te digamos, cómo te llamás y nos adaptaremos como sea”. Recuerdo que automáticamente cambió mi nombre en todos lados dentro de la compañía. Yo veía mis horarios y decía Ignacio Vico, cualquier papel de la empresa tenía ya mi nombre actual, ellos siempre me bancaron y eso me ayudó a ser quien soy. Este tipo de reconocimientos, aunque parezcan triviales, son un mundo de diferencia para alguien como yo. Estos detalles hacen a las empresas más humanas.

Nos cuentan que tienes un café que te identifica por tu historia.

Sí. Mi café favorito es el Sumatra. Es mi favorito porque Sumatra tiene una historia de superación increíble. A ellos les dijeron desde el primer momento que no iban a poder cultivar nunca café en sus tierras porque su isla no estaba apta para eso y se tenían que conformar y adaptarse. Buscar otro producto para producir. Y hoy Sumatra es reconocido mundialmente por su café. Si yo me hubiera quedado en el molde y me hubiera adaptado a lo que era, yo nunca hubiese sido feliz. Los de Sumatra fueron y buscaron la manera de adaptarse a lo que ellos querían lograr y hoy son uno de los productores de café más destacados. Esta historia la conecto mucho conmigo. Yo nunca hubiera podido avanzar si me quedaba pegado. Por eso es mi café favorito. La adaptación y aceptación son lo más importante.

Hoy luego de un tiempo Nacho reconoce la gran satisfacción de ser Ignacio Vico formalmente. Ya cuenta con su cédula de identidad nueva, siendo reconocido como tal en sociedades médicas, banco de previsión, recibos de sueldo, etc. Hoy Nacho es además líder y referente del grupo Pride de Uruguay, desde donde genera actividades orientadas a dar visibilidad en temas de diversidad, no solo en lo que se refiere a temáticas LGTBQ+, sino inclusión en su más amplio rango, aportando a políticas sociales y empresariales que ayuden a una inclusión de distinto tipo de instituciones.

Sé el primero en comentar

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *