Un tentador y exquisito plato de sushi termina de imprimirse mientras un cliente espera que llegue a su mesa. La escena podría ser parte de una película futurista, pero en algunos puntos del planeta ya es una realidad. Los mercados que lideran la investigación e innovación en alimentos, están cambiando la forma de entender la comida y todo está ocurriendo a gran velocidad. Gracias a tecnologías de punta, existe una industria millonaria que elabora productos en máquinas impresoras, sin que pierdan su sabor. Algo que los activistas medioambientales esperan que contribuya a combatir el desperdicio de alimentos, evitar el consumo de origen animal e impulsar la alimentación saludable. Esto, recién comienza.
ALIMENTOS SALUDABLES, SOSTENIBLES Y ACCESIBLES A LA MAYOR parte de la población es el reto que enfrenta la innovación en la industria alimentaria. Claro que hay países que llevan una venta- ja sustancial, como Japón, donde hace años elaboran alimentos artifi- ciales con máquinas de última tecnología, pero utilizando ingredientes naturales. Desde una jugosa hamburguesa hasta una preparación más gourmet, como pollo a la naranja; los nipones fueron pioneros en descubrir cómo una simple impresora 3D podía reproducir cualquier receta o producto. La elaboración de comida como la conocíamos hasta ahora está cambiando y a un ritmo vertiginoso. Cada vez, más restaurantes en el mundo están explorando este camino, al que se han sumado reconocidos chefs que trabajan en nuevos platos y preparaciones que no dependan directamente de sus habilidades para sazonar, sino de una máquina capaz de hacer el trabajo por ellos. Esta tendencia no sólo está cambiando la industria gastronómica, también se prevee que va a generar un impacto positivo en la salud de las personas. Y es que en base a ingredientes saludables, se pueden ela- borar alimentos más nutritivos y con menos preservantes e ingredientes artificiales. Todo, a la vista de un consumidor ávido de productos más limpios. Un ejemplo práctico de los beneficios de esta industria para la salud: para millones de personas en el mundo que sufren de disfagia, una dificultad crónica para tragar ali- mentos sólidos, estas máquinas se han transformado en una gran alternativa. Estos pacientes, muchas ve- ces condenados a comer colados de bebé, hoy pueden acceder a preparaciones más complejas y sabrosas, sin considerar optar por recetas con mejor aspecto, tal y como los platos originales. Un cambio sustantivo.
CÓMO FUNCIONA
En teoría cualquier ingrediente natural o procesado puede ser usado como un ingrediente en una má- quina 3D de alimentos, siempre que se use en forma de puré. Este ingrediente se agrega a un catridge, exactamente de la misma forma en cómo se usa en una impresora de tinta tradicional y ¡voilá!, tenemos un plato elaborado por una máquina impresora de alimentos. La forma y colores también se pueden customizar y se van construyendo a través de capas, sólo basta con tener alguna de las aplicaciones que sirven para usar recetas de impresoras de alimentos 3D. Existen desde máquinas especialmente diseña- das para hacer chocolate, hasta otras de hamburguesas o pasta. Para elaborar un quiche, sushi o un asado al horno, sólo basta con apretar un botón.
Si bien aún las máquinas impresoras de alimentos no pueden ser catalogadas como objeto de consu- mo masivo, ya están disponibles en el mercado internacional. Desde US1.300 dólares, se puede acceder a una máquina para elaborar galletas. Los ingredientes los agrega cada persona, y la máquina imprime en 3D los productos finales.
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