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Teresa Valdés (socióloga): “Definitivamente hay que examinar cómo se distribuyen las tareas entre hombres y mujeres” 

Teresa Valdés(@terevaldese), socióloga y coordinadora del Observatorio de Género y Equidad(@observatorioge) nos señala su apreciación acerca del último pronóstico del Foro Económico Mundial, que indica que en 132 años se cerrará la brecha de género. alizado por el Foro Económico Mundial, que mide la desigualdad entre hombres y mujeres, indicó que en 132 años se cerrará la brecha de género. ¿Qué implica este pronóstico para Chile? En Woman Times, entrevistamos a la socióloga y coordinadora del Observatorio de Género y Equidad Teresa Valdés, quien se refiere a los avances en materia de paridad de género que el país ha tenido hasta ahora, e indica los sectores, como el poder y la representación política, y las oportunidades a nivel económico, en los que aún falta mucho por hacer.

132 años. Eso falta, de acuerdo al Foro Económico Mundial, para que se termine la brecha de género a nivel mundial. Desde el Observatorio de Género y Equidad, ¿cuáles son sus apreciaciones sobre este pronóstico?

Es un pronóstico que se basa en lo que han sido los resultados de los últimos años, es una medición que se hace a partir de la tendencia desde que se empezó a medir este sistema de indicadores, y se proyecta según el ritmo de cierre de la brecha, finalmente se va proyectando cuánto tomaría definitivamente cerrarla. Aparecen 132 años con 146 países, pero en comparación con el año anterior, habría 4 años de mejoría, sin embargo, cuando uno mira separadamente cada uno de los temas, es bien sorprendente, porque hay avances muchos mayores en salud y en educación, muy relativos y medianos en participación económica y oportunidades, y muy bajo en el poder político, entonces, si se piensa sólo en la tendencia del avance del poder político, probablemente esos años serían muchos más.

Si examinas cuántos años tomaría avanzar y cerrar la brecha en lo político, esos años aumentan de 132, que es el promedio, a 155 años, es decir, en un siglo y medio habría igualdad en lo político, lo mismo en la participación económica. Esos son los nudos más grandes y están comprobados con estos indicadores, que pueden ser discutidos, pero la gracia que tienen es que se vienen tomando hace muchos años. Entonces, con esa información, vemos que estamos todavía muy lejos de alcanzar la igualdad.

En Chile, de acuerdo a los estudios que tienen en el Observatorio de Género y Equidad, ¿en qué sectores es más aguda la disparidad de género?

Más allá de los indicadores del foro, para nosotras efectivamente hay sectores y problemas críticos que tienen que ver con consolidar la paridad, es decir, la posibilidad de la participación de las mujeres en todos los espacios de decisión, en la administración de la justicia y en todos los ámbitos de gobierno.

Un tema que es gravísimo es el de la violencia. Mantenemos cifras históricas, la última encuesta así lo dice, que una de cada cuatro mujeres vive violencia a lo largo de su vida. El otro tema es el no poder avanzar en la división sexual del trabajo, es decir, la redistribución de las tareas de cuidado. Eso hace que muchas mujeres no puedan participar de la vida económica, ni de la vida política ni en lo social, porque no hay redistribución entre hombres y mujeres.

También, algo que está muy al debe y que genera problemas graves es la falta de una educación sexual integral, y que tiene impacto en todo, también en los temas de violencia, porque significa que los niños y las niñas, desde la más tierna infancia, puedan reconocer su cuerpo, su realidad, su derecho a no ser violentados ni invadidos por adultos o por otros.  Entonces, dentro del ámbito de la prevención de la violencia ese es un tema muy importante.

Según el informe, los conflictos geopolíticos actuales y el cambio climático afectan a las mujeres de manera desproporcionada. Por otra parte, señalan que es probable que la profundización de la actual crisis del costo de vida también afecte más a las mujeres que a los hombres, pues continúan ganando menos y acumulando menos riquezas que ellos. En Chile, ¿qué debiéramos hacer el día de hoy para combatir estos efectos?

Definitivamente hay que examinar cómo se distribuyen las tareas entre hombres y mujeres. Todo lo que es el avance en la incorporación de los temas de igualdad de género en las políticas públicas, y en todos los ámbitos, tendría como consecuencia que las mujeres no sufran desproporcionadamente a la hora de los desastres naturales, del cambio climático, de la crisis económica.

También todo lo que es el tema del cuidado, avanzar en la redistribución de los trabajos de cuidado, que no pesen de manera desproporcionada sobre las mujeres como es hoy día.

El informe también indica que entre 2021 y 2022 Chile avanzó un poco en materia de “Participación económica y Oportunidad”, donde entran aspectos como la igualdad salarial, pasando del puesto 113 al 105. ¿Qué medidas económicas crees que debiésemos tomar para no retroceder?

Chile tiene una pequeña mejoría, sin embargo, es el peor resultado que tiene de los cuatro subíndices, y eso tiene que ver con la diferencias salariales, con las diferencias que hay respecto a igual pago por igual trabajo.

Chile aparece muy bien en lo que es el tema de profesionales y técnicos, dentro de lo que es la segmentación laboral, las categorías ocupacionales, donde efectivamente las mujeres aparecemos bien. Pero estamos mal en la participación económica, y eso tiene que ver nuevamente en cómo aseguramos que haya una corresponsabilidad. La vinculación en el trabajo productivo y reproductivo, que no puede caer sobre los hombres o sobre las mujeres solamente, y esto obviamente se refleja en los índices que tenemos de participación económica.

De acuerdo a tu visión, ¿en qué sectores de la sociedad Chile podría ser un ejemplo en materia de paridad de género?

Chile está bien posicionado en lo que tiene que ver con la matrícula universitaria. En este minuto, en el país la matrícula femenina es superior a la masculina, sin embargo, sabemos que eso no es suficiente a la hora de llegar al mercado de trabajo, y que las mujeres que tienen formación universitaria, formación terciaria, tengan efectivamente los mismos salarios que los hombres. Es contradictorio, porque tenemos muy buenos índices en ese ámbito y  las mujeres demuestran tener muy buenos resultados cuando estudian, pero a la hora de ingresar al mercado de trabajo están en peores condiciones.

En lo que Chile se ha transformado en un verdadero ejemplo es en la elección de un órgano constituyente paritario. La convención constitucional es el resultado de la lucha de las mujeres de conseguir que ese órgano tuviera paridad, y esto está siendo admirado por países de todo el mundo, porque no sólo es que haya tenido el mismo número de convencionales, sino que haya tenido 2 presidentas mujeres, que haya tenido las presidencias en todas las comisiones, y sobre todo en los resultados, los contenidos de la propuesta de la nueva constitución, que recogen las principales demandas de las mujeres hacia la construcción de la igualdad de género. 

Los datos estipulados por el Foro Económico Mundial, por supuesto, deben situarse a la realidad del continente latinoamericano, marcado por índices de violencia de género abismales y niveles de pobreza superiores a otros países. En ese entendido, ¿qué pasos tomamos primero? ¿dónde está nuestro foco?

Como decía anteriormente, este índice de paridad de género utiliza indicadores muy básicos, y además son pocos. Son indicadores sobre los cuales hay información comparable entre los países, eso significa que no aborda todos los temas ni tampoco aspectos de violencia o temas comparativos de los niveles de pobreza, sólo se refiere a la situación de las mujeres respecto de los hombres en cada país.

Entonces, concretamente, este índice no nos sirve para mirar la situación de violencia de género ni los niveles de pobreza. Lo que sabemos de América Latina es que sus rangos de desigualdad son superiores a los que existen en otros continentes, sin embargo, este índice no apunta a esa línea. En términos de violencia de género habría que mirar más lo que tiene la CEPAL, que efectivamente cuenta con un observatorio y en él aparece la situación de América Latina con respecto a los femicidios, por una parte. Pero el Foro Económico Mundial no nos sirve para esto. Nosotras como observatorio tenemos nuestros datos, y Chile, gracias al avance en materia de políticas desde el año 90 en adelante, tiene muchas estadísticas. Lo que tenemos, por ejemplo, en el Instituto Nacional de Estadísticas, que cuenta con índices de género bastante actualizados y nos permite ir viendo cómo vamos avanzando y dónde hay que poner el foco tanto en lo que es la autonomía política, autonomía económica y corporal de las mujeres.


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