Malena Blanco fundó en 2014 Voicot, un movimiento que a través de intervenciones artísticas denuncia la explotación y maltrato animal y promueve la alimentación en base a plantas.
Malena Blanco es publicista, activista y hace siete años fundó Voicot, un movimiento que lucha por la liberación animal. Hoy tiene 40 años y dejó de comer carne y otro tipo de animales a los 11, cuando vio el documental “Brigitte Bardot SOS: Animales”, donde asesinaban a una vaca. “¿Esas vacas que matan son las milanesas que luego nos comemos?”, le preguntó a sus padres. Luego de eso, su vida se transformó para siempre.
El movimiento lo creó junto al también publicista Federico Callegari y “nace de la necesidad de contarle al mundo lo que sucede detrás del pedazo de comida, de los hábitos y de todo lo que construimos como sociedad. Es la mezcla de nuestra idea de cambiar el mundo por uno más justo y de las herramientas que tenemos como publicistas para poder comunicar”, dijo en entrevista con Editorial Sudestada. “Tomamos la causa que nos motiva, nos conmueve, nos hace arder, y empezamos a usar lo que aprendimos en pos de eso, en vez de vender para grandes marcas”
Así nacía la organización artística y comunicacional que defiende los derechos de los animales en Argentina. Malena cree que el camino hacia un mundo mejor para todos los seres que lo habitamos es una alimentación basada en las plantas y dejar de lado la dieta basada en carne animal. Además, denuncia que hay un especismo latente en nuestra sociedad.
“El especismo denuncia –así como el sexismo la discriminación por sexo y el racismo la discriminación por raza- a la discriminación por especie. Bajo ese paradigma fue que nos enseñaron a oprimir y a esclavizar a los animales. A considerarlos recursos a nuestro servicio. Esta violencia que ejercemos sobre ellos está en todos lados: en el supermercado, en nuestra alacena, en la cama -en las plumas del edredón- en el baño -el champú testeado en animales, en la ropa de cuero, en el calzado, etc”, dijo.
Una vez creado Voicot, los fundadores pensaban en cómo hacer para que el movimiento creciera. Iban a ferias, diseñaban poleras, saboteaban publicidades de la industria animal y con el tiempo crearon además Difusión V, un medio independiente y autogestivo en el que generan material para descargar desde la casa.
“Desafiamos a los grupos de poder usando sus mismos medios de comunicación, pero con otro objetivo: fomentar un pensamiento crítico que provoque un cambio positivo. Intervenimos publicidades y otros espacios apelando a la desobediencia civil no violenta como única herramienta que nos deja el sistema para poder visibilizar la crisis ecológica y civilizatoria. Apelamos a construir una nueva forma de vincularnos entre nosotros y nosotras y con las demás especies para terminar con la normalización de la cultura especista”, dijo a Página 12.
El colectivo animalista también forma parte de The Save Movement, donde voluntarios realizan vigilias de animales en camino al matadero y donde en algunas ocasiones han podido salvar a algunos de ingresar al lugar.
Finalmente, Malena se refirió a la famosa frase que alguna vez empapeló toda la ciudad de Buenos Aires, “somo la especie en peligro de extinguirlo todo”. “Significa que estamos en la sexta extinción masiva por primera vez a cargo de una única especie, la nuestra. Se está incendiando todo, estamos matando animales. Cada día hay más sufrimiento que el anterior. Estamos al borde del colapso y somos capaces de destruirnos, de extinguir el mundo. Si no despertamos, si no hacemos el click, si no cambiamos nuestros hábitos de consumo, el cambio personal ya no va a ser suficiente. El cambio tiene que ser colectivo, trabajando vínculos de amorosidad para con todo lo demás. Hay que salir a las calles, hay que pensar ideas y hay que usar la creatividad para hacer un mundo más justo para todos”, cerró.
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