En Woman Times entrevistamos a Valentina San Martín, la joven ganadora del Premio Nacional de Talento Digital Escolar 2021 otorgado por Los Creadores, quienes reconocieron su campaña “Can Reflect”, una iniciativa que potencia el desarrollo sostenible de la industria agrícola.
Con 18 años y enfocada en sus estudios de medicina en la Universidad Católica del Maule, Valentina San Martín valora la recepción que tuvo su campaña “Can Reflect, el poder de la lata”, un proyecto de innovación tecnológica que elaboró junto a su ex compañero de colegio, Pedro Jiménez. A través de esta campaña, los jóvenes le brindan un nuevo uso a las latas de aluminio de diversos bebestibles con el fin de crear placas reflectoras de luz solar que permiten mejorar la coloración y maduración de los frutos de las zonas agrícolas del país.
El año pasado, Can Reflect obtuvo el primer lugar del Premio Nacional de Talento Digital Escolar 2021 de Los Creadores, una iniciativa que premia el talento juvenil, y fue presentada en “Chile Creando Futuro”, una campaña desarrollada por Marca Chile que busca posicionar a nuestro país en el extranjero a partir de 6 piezas audiovisuales que muestran a los chilenos como agentes de cambio en materia de innovación. Tras obtener el primer lugar, Valentina y Pedro, apoyados por su profesor del Colegio San Jorge de la Región del Maule, Jorge Soto, viajaron a la ciudad de Boston en Estados Unidos como premio del concurso de Los Creadores 2021, y allí mostraron su proyecto como un ejemplo de innovación y tecnología para el desarrollo sostenible de la industria agrícola.
“Can Reflect es un proyecto muy importante porque en Chile no hay mayor cultura del reciclaje, y somos un país mayormente agrícola, por lo tanto, es necesario buscar formas sustentables de poder mejorar la producción de la fruta y así poder ayudar a los pequeños y medianos agricultores, principalmente. De alguna manera, Can Reflect viene a reemplazar estos reflectores de la luz solar que están hechos a base de plástico, que son los que se ofrecen en el mercado, y resulta que la lata es mucho más duradera que el plástico o el nylon, que se degrada muy fácilmente con el mismo sol y las condiciones ambientales. Por tanto, la lata es un buen reemplazo para estos productos que son básicamente desechados”, comenta la joven investigadora.
Desde séptimo básico, Valentina comenzó a participar en concursos y competencias relacionadas al desarrollo tecnológico y a la robótica. En cuarto medio, junto a Pedro, su compañero de campaña, se propusieron participar en un nuevo concurso de innovación organizado por su colegio, enfocado en el tema de la sustentabilidad y el reciclaje. Observando, en medio de las fiestas de independencia que se celebraban en la ciudad de Talca, los jóvenes estudiantes se dieron cuenta de que los desechos más comunes eran las latas de bebestibles, y al haber nulos puntos de reciclaje, muchas quedaban en el suelo. “A partir de eso, comenzamos a ver las características de las latas y lo terminamos relacionando con lo que vendría siendo algo muy fuerte que se da en nuestra región, que es la agricultura.” Fue así como nació “Can Reflect, el poder de la lata”, una campaña que hoy recorre el mundo como un ejemplo de innovación tecnológica desarrollada por jóvenes chilenos.
Valentina sostiene que es fundamental que el currículum escolar se preocupe de potenciar el interés por la innovación y la investigación científica en los jóvenes, especialmente en las niñas, para que puedan proyectarse ante el mundo como agentes activas de cambios. “El currículum debería potenciar la curiosidad y las ganas de investigar de los niños, debido a que eso los motiva, en un futuro, a poder buscar soluciones a los problemas que los rodean. Si en nuestro país se comienza a implementar la investigación desde que somos niños, durante nuestra adolescencia y después, en la universidad, vamos a tener profesionales que finalmente van a ser un aporte al desarrollo y no sólo de nuestro país, sino que también podemos aportar con productos que pueden ser revolucionarios para todo el mundo”, afirma la joven.
Hoy en día, Valentina está enfocada en sus estudios de medicina y quiere seguir vinculada al mundo de la investigación científica, y siendo mujer, espera que más jóvenes de su misma edad y menores que ella se hagan parte de iniciativas tecnológicas, para así romper con el estigma de que sólo los hombres forman parte de proyectos de innovación. “Los colegios deberían incorporar talleres en los que esto se incentive, que hubiera una cantidad requerida de niñas que formen parte de talleres de robótica, o de un taller de acercamiento a la ingeniería. Por ejemplo, hoy se sigue dando en nuestro país que las carreras de ingeniería son mayormente lideradas por los hombres, como ingeniería mecatrónica, electrónica, etc. Entonces, realmente uno tiene que incentivar a las mujeres jóvenes, a las niñas especialmente, a que formen parte de esto, porque sus aportes son tan importantes como el aporte de cualquier hombre”, concluye.
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