La organización, que aterrizó en Chile en 2015 y que tiene presencia en cinco países de la región, busca cerrar la brecha de género que existe en el área de la tecnología y así dar forma a una economía digital más diversa e inclusiva. Lo hacen a través de un bootcamp intensivo de seis meses y ya son más de mil las empresas que han contratado el talento de Laboratoria.
Laboratoria puede considerarse un movimiento latinoamericano, un esfuerzo regional para abrir oportunidades a las mujeres en el área de las tecnologías de la información y cerrar las brechas de género que existen en el sector, dominado por la presencia masculina. Se fundó en 2014, en Lima, Perú y rápidamente se extendió hacia otros cuatro países: Chile, México, Brasil y Colombia. A Chile llegó en 2015 y en sus ocho años desde que abrieron, han visto egresar a más de 2.500 mujeres y logrado alianzas con más de mil empresas que luego les abren las puertas para generar no sólo una mayor presencia femenina, sino que también diversificar y hacer más competitiva la industria.
¿Cómo lo hacen? A través de un bootcamp intensivo de seis meses en el que las estudiantes desarrollan habilidades técnicas y blandas clave para trabajar como desarrolladoras web y diseñadoras UX. “Nuestro bootcamp está muy enfocado en entregar habilidades técnicas para que puedan, por ejemplo, hacer desarrollo web, desarrollo de experiencia de usuario, que es lo que más piden las empresas hoy en día. También nos enfocamos en las habilidades blandas, en fomentar el trabajo en equipo, promover la comunicación efectiva, etc. Es una experiencia que simula mucho el ambiente laboral real”, dice Macarena García, vocera de Laboratoria, quien además agrega que “el nivel de satisfacción de las estudiantes al terminar el proceso es de un 99%”, agrega.
Luego de los seis meses, las egresadas son conectadas con empleos de calidad en la industria, logrando un porcentaje de empleabilidad muy alto, que supera el 85% en los últimos dos años. “Tenemos más de mil industrias partners que han contratado el talento de Laboratoria, desde empresas multinacionales y bancos hasta startups o empresas más chicas. La transformación digital, además, ha pegado en industrias más tradicionales, como la minería o la banca, pero que se han tenido que subir a este carro y digitalizar sus procesos, entonces la diversidad de los rubros es gigante”, dice García.
Para ingresar a uno de estos bootcamps hay que cumplir con unos simples requisitos: ser mujer o identificarse como mujer, tener 18 años o cumplirlos durante el proceso y tener tiempo y dedicación para conectarse entre cinco y ocho horas diarias. Las estudiantes no pagan nada durante el programa y, después de conseguir un trabajo, devuelven una cantidad subsidiada en cuotas mensuales para que otras mujeres puedan tener la misma oportunidad.
“El tema de las barreras para el ingreso de las mujeres al mundo de la tecnología es bastante transversal en todos los países donde tenemos presencia. Hay muchos factores, los roles de género de la primera infancia que desaniman a las mujeres a entrar, en las carreras STEM todavía hay un ambiente súper masculinizado y eso fomenta la deserción de las mujeres. Pero uno de los temas más impactantes es la diferencia en la distribución de las tareas domésticas. A nivel latinoamericano, las mujeres hacen tres veces más que los hombres y eso es prácticamente un trabajo full time. Todos estos factores ayudan a que todavía exista una baja participación”, explica la vocera.
“Afortunadamente, de a poco se ve el valor que entregan las mujeres en los equipos de trabajo. Para las empresas es muy valioso tener un equipo diverso en tecnología, eso permite llegar a audiencias más amplias. El área de la tecnología está en constante cambio y se requieren de nuevas habilidades para ser flexible, de adaptarse y eso permite que más mujeres se integren. Ojalá los equipos de tecnología sean lo más diversos posibles”, agrega.
Según el estudio “El futuro de la tecnología: inclusión femenina” la participación de las mujeres en la fuerza laboral es de 52%. Los hombres, en tanto, alcanzan el 76%, lo que impacta directamente a las economías de los países. Además, por cada dólar que gana un hombre, una mujer percibe apenas entre 50 y 68 centavos por el mismo trabajo. Otro dato no menor es que en el sector de la tecnología, la participación femenina también es particularmente baja; a nivel global, apenas el 25% son mujeres.
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